¿Es posible pensar en las personas sin verlas con la imaginación?


Ciertamente que sí, pues recordamos a nuestros amigos por medio de varios sentidos, y no de un modo exclusivo por los ojos. En muchas personas los ojos de la imaginación, como suele llamárseles, son muy potentes, y recuerdan las facciones con claridad asombrosa, y piensan en sus amigos como si los estuvieran viendo. Otras hay que tienen lo que, con igual fundamento pudiéramos llamar oídos de la imaginación, sumamente desarrollados, y recuerdan las voces con entera claridad, y piensan en sus amigos o adversarios como si los estuvieran oyendo.

Lo mismo podríamos decir respecto de todos los restantes sentidos, como el tacto, por ejemplo. Cuando nos liga una gran afección con determinadas personas, su recuerdo nos trae a la memoria, al mismo tiempo, sus facciones, su voz y el contacto de sus manos. El artista plástico tendrá más desarrollada una tendencia y el músico otra distinta. Algunas personas piensan en sus amigos, recordando sus nombres; pero con los ojos de la imaginación vemos sus ojos o su boca o sus vestidos.