¿Existen materias primas en el mar?


Quienes hayan probado un poco de agua de mar, y estamos seguros de que serán muchos los que lo han hecho, no tendrán duda en admitir que en los océanos existe una inmensa riqueza en sales y otros productos químicos.

Las salinas, que constituyen la fuente principal de sales tan apreciadas como el cloruro de sodio y el sulfato de magnesio, son en su mayoría restos de lagos o mares que se han secado. Si nuestros actuales mares se secasen quedarían en su fondo residuos salinos de varios cientos de metros de altura. ¿Cuál es el origen de estas sustancias, si las aguas de los ríos que alimentan los mares son dulces? En efecto, las aguas de los ríos son dulces pues las cantidades de sales que poseen son relativamente pequeñas como para que nuestro paladar pueda apreciarlas. Sin embargo, no es cierto que carezcan de ellas. Las tienen, y tanto, que las aguas de los mares se enriquecen precisamente con las sales que los ríos les entregan. Esto que parece paradójico no lo es si tenemos en cuenta que los mares representan el depósito de las numerosas sales que los ríos le han entregado en los 2.000 millones de años que aquéllos tienen de existencia. No solamente el cloruro de sodio constituye la riqueza del agua de mar; allí existen también otros ele-montos químicos muy importantes; veamos algunos: cloruro de magnesio, cloruro de potasio, cloruro de calcio, y, además, bromuros, ioduros, sul-fatos, carbonatos, nitratos, plata, oro. Un verdadero depósito de productos químicos que suministra materia prima a numerosas e importantes industrias: un complejo orgánico-mineral, en cuyo seno, se supone, estalló hace millones do años, trémula, la primera chispa de la Vida.