¿Cuáles son las sustancias que entran en la composición de la pólvora?


Las pólvoras modernas se diferencian por muchos conceptos de la antigua, que por espacio de tantos años se usó sin alteración alguna. En nuestros días se fabrican pólvoras sin humo y toda clase de poderosos explosivos, cuya composición es muy distinta de la pólvora ordinaria. El principio, no obstante, sigue siendo el mismo en todos los casos. No podemos hacer que el aire llegue hasta la pólvora, porque necesitaríamos disponer para ello de un canal; y entonces la explosión se efectuaría por ese canal. Además, el aire sólo contiene una quinta parte de oxígeno, y su nitrógeno sería perfectamente inútil, cuando no perjudicial. La pólvora debe, pues, contener oxígeno en sí misma; y esto se consigue mediante el empleo del nitro o salitre, que posee mucho oxígeno, y lo cede fácilmente a cualquier otro cuerpo que se lo solicite en ciertas condiciones.

Por otra parte, cuando se descompone el salitre, el nitrógeno que contiene queda libre y adquiere una elevada temperatura, por lo cual necesita ocupar mucho más espacio que si estuviese frío. Hace falta, además, una sustancia que arda, y ésta nos la suministran el carbón de leña y el azufre, los cuales se apropian del oxígeno del salitre con suma rapidez, porque el oxígeno que dejan libre sus compuestos tiene gran tendencia a combinarse con otros cuerpos, como ya lo hemos estudiado en otro lugar de este libro.

Así pues, los gases que al expansionarse producen la explosión son: el anhídrido carbónico, el bióxido de azufre y el nitrógeno, juntamente con pequeñas cantidades de otros gases; en cambio el potasio del salitre, combinado con otros cuerpos, queda adherido al ánima del cañón, y hay que limpiarlo después de cada disparo si se quiere que aquél funcione bien. La invención de esta mezcla de azufre, salitre y carbón, llamada pólvora, fue un gran acontecimiento en la historia de las guerras de los últimos siglos, las cuales experimentaron un cambio completo.