¿Por qué hiere el rayo en algunas circunstancias y en otras no?


Todos sabemos que cuando el rayo puede escoger entre un pararrayos, que es una barra de hierro, y el resto del tejado de una casa, elige el primero. Nadie ignora tampoco que busca siempre los cuerpos metálicos con preferencia a los demás, y que en todas partes cae sobre los árboles, y no sobre el terreno que rodea a éstos. En todos estos casos la razón es la misma: la electricidad prefiere el camino más fácil, o, dicho de otra manera, el camino que le ofrece menor resistencia; principio que es aplicable a otras muchas cosas a más de la electricidad, incluso cuando se trata de nosotros mismos. Así pues, si la electricidad pasa a la tierra tomando por camino un árbol, debe ser porque éste último le facilita este paso. He aquí explicado el por qué no debemos permanecer jamás debajo de los árboles durante las tormentas. Pero siempre que la electricidad tenga ocasión de elegir, preferirá los objetos metálicos, porque todos los metales son buenos conductores de la electricidad. Ignoramos por qué sucede así, pero sabemos que ésta es la causa de que el rayo elija siempre estos cuerpos para pasar a través de ellos. Así pues, un pararrayos protegerá una casa, con tal que el conductor metálico baje sin interrupción hasta enterrarse en el suelo. Si la herrumbre u otra causa cualquiera ha destruido parte de aquél, como ocurre algunas veces, y no llega hasta la tierra, el edificio recibirá toda la descarga eléctrica, y por tanto el pararrayos hará más daño que provecho, pues, lejos de protegerla, atraerá el rayo sobre la casa que lo sostiene.