¿Por qué brincamos cuando nos sorprende un ruido inesperado?
El salto que damos cuando nos sorprende un ruido inesperado, así como el acto de cerrar los ojos cuando se aproxima a ellos algo, se llaman movimientos reflejos. Estos movimientos reflejos se efectúan constantemente en nuestros cuerpos, y en los de todos los seres vivientes, y sin ellos no podríamos vivir. Denomínanse reflejos porque la acción sigue inmediatamente a la causa que la excita, cual si se tratase de una pelota que rebota en una pared, o en otro objeto análogo. El rasgo distintivo de los movimientos reflejos es que la voluntad no influye para nada en ellos. No queremos saltar; nuestra mente no piensa siquiera en ello; no advertimos nuestro movimiento hasta después de haberlo ejecutado. La voluntad no interviene en la realización de los movimientos reflejos; pero puede dominarlos e impedirlos, si se halla prevenida y tiene tiempo para ello. Por eso saltamos, cuando nos sorprende un ruido inesperado, como el golpe de una puerta cerrada bruscamente; y nos quedamos tan tranquilos cuando sabemos que se va a producir dicho ruido, como cuando la cerramos nosotros mismos.
Pagina anterior: ¿Por qué a las personas ancianas se les arruga la piel?
Pagina siguiente: ¿Por qué se mantienen en equilibrio las bicicletas en movimiento?