EL HOMBRE Y EL ASNO - Miguel Agustín Príncipe


Aunque parezca broma,
Conviniéronse un Hombre y un Borrico
En enseñarse el respectivo idioma;
Y el Burro... ¡suerte impía!

No aprendió ni un vocablo solamente
En dos años de estudio y de porfía,
Entretanto que el Hombre, en solo un día,
Aprendió a rebuznar perfectamente.

No trates con el bruto ni un minuto,
Pues no conseguirás la alta corona
De hacerle tú persona,
Y puede suceder que él te haga bruto.