LA FAMILIA DESCOMPUESTA - Francisco Benito Hoffmann


Por las Intemperancias de los poderosos se turba la paz de las repúblicas; y las consecuencias de los desórdenes se dejan sentir especialmente en los más débiles. Para inculcar esta moraleja compuso la siguiente fábula Francisco Benito Hoffmann, poeta francos (1760-1828).

Pasado un lustro había
Que unidos en consorcio
Feliz, Pablo y Teresa,
Ejemplo eran a todos
De cual en la ventura
Doméstica está sólo
El premio a las virtudes.
Aquel más dulce gozo
Que da la paz querida.
Reinaba, pues, en todos
Los seres que agrupaba
El buen Pablo en su torno.
El niño, el perro, el gato,
La ardilla y hasta el tordo
En plácida armonía
Juzgábanse dichosos.
Tan buena inteligencia
Jamás del mismo modo
Gozóse, ni en su Arca
Noé la vio en los pocos
De aquel diluvio horrendo
Salvados con él solos.
Mas ¡ay! que llegó un día
De fiesta y de jolgorio,
Y Pablo bebió tanto,
Que púsose beodo.
¿Sabéis, pues, lo que hizo
En tal estado el mozo?
De palos dio a su esposa
Para calmar su enojo;
Ésta luego a su niño
También sacudió el polvo;
El niño con despecho
Del can pellizcó el lomo;
El perro mordió al gato;
El gato airado y fosco,
Las uñas en la ardilla
Clavó luego furioso,
Y de una dentellada,
Por vía de desahogo,
Colérica la ardilla
El cuello torció al tordo.
-Así, de uno la falta,
La imprudencia de un loco,
La paz de la república
Entera, turba solo.
La maldad del culpable
Que es fuerte y poderoso,
Se ve siempre expiada
Por el débil, que a todo
Ajeno, es quien recibe
El daño tarde o pronto.


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