FRA BEATO ANGÉLICO - Sully Prudhomme
Con un rayo de luz por pincel, supone Sully Prudhomme que están hechas las pinturas de Fra Beato Angélico (Juan de Fíésole). artista de la escuela de Florencia y religioso dominico, célebre por la dulce suavidad de su colorido y la belleza espiritual de sus cabezas de santos. Floreció a fines de la Edad Media (1388-1455).
Cuando aun no ha salido
Y su claridad dudosa
Es sólo un pálido y tímido
Presentimiento de aurora;
Cuando las luces del día
Más bien blanquean que doran
Los adormecidos campos,
Que vida y alma recobran;
Cuando del viejo convento
En las ventanas angostas,
Detrás de los fuertes hierros
Brillan las vidrieras toscas,
Y en las arcadas del claustro
Pasa rápida la sombra
De los pájaros, aun mudos,
Que el primer vuelo remontan;
Cuando los verdes rosales
Y el laurel, que el pozo adornan,
Tendiendo al cielo las ramas,
Perlas de la noche lloran,
Y en silencio religioso
El jardín medita y ora;
Abre a la luz Beato Angélico
Las pupilas soñadoras;
Bendice al naciente día,
Merced que Dios nos otorga,
Y el Paraíso contempla
Que con la alborada torna.
Un rayo de luz violeta,
Azul, amarilla y roja,
Por el alto ventanillo
Penetra en la celda lóbrega,
Y la palidez austera
De la pared tornasola.
Como brillante libélula
Que en blanco lirio se posa.
Aquel vivido destello
Por pincel el monje toma,
Y pinta con suaves toques
Ángeles de tenues formas,
Que abriendo las alas, trazan
Un arco de triunfo y gloria,
Y la frente de la Virgen
Con aquel nimbo coronan.
Pagina anterior: LA NAVE - Carlos Walker Martínez
Pagina siguiente: PIECECITOS - Gabriela Mistral