LA VACA CIEGA - Juan Maragall
Esta poesía de Juan Maragall es una exquisita miniatura, que penetra en el espíritu del lector y le deja un sentimiento de suave compasión.
Tropando la cabeza con los troncos,
La inolvidable vía de la fuente
La vaca sigue a solas. Está ciega.
Temerario zagal le saltó un ojo
De una pedrada cruel; cubren el otro
Densas nubes; está ciega la vaca.
El manantial acostumbrado busca;
Mas ya no va con arrogante paso,
Ni con sus compañeras; va ella sola.
Sus hermanas, en cerros, en cañadas,
En el prado, en las márgenes del río,
Hacen sonar los esquilones mientras
Pacen la fresca hierba... ella caería.
De hocicos da con la tallada piedra
Del tosco abrevadero, y retrocede
Avergonzada; pero torna al punto,
Inclina la testuz, y bebe lenta.
Apenas tiene sed. Levanta luego
Al cielo, enorme, la enastada frente
Con un trágico gesto; parpadea
Sobre los ojos lóbregos, y huérfana
De luz, sufriendo el sol, que arde y abrasa,
Vuelve con marcha trémula, moviendo
Lánguida y mustia la tendida cola.
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