CALICOT - Manuel Gutiérrez Nájera
Esta sentida composición es de Manuel Gutiérrez Nájera (1860-1895). uno de los poetas más originales y exquisitos que ha producido México.
-Abre la puerta, portero,
Que alguno tocando está.
-Es el amigo cartero.
-En su gran bolsa de cuero,
Mi buen amigo el cartero
¿Qué traerá?
Ha diez años vivo ausente
De casa: ¿me escribirán?
¡Abre, que estoy impaciente!
¿Qué dirán al pobre ausente
Los que tan lejos están?
¿Qué dirán?-
Entra a la pobre casucha;
Sube listo la escalera,
Y se quita la cachucha
Y desata la cartera.
¡Ya está aquí!
¡Ya está la carta cerrada
Que mi madre idolatrada
Habrá escrito para mi!
¡Ya está aquí!
Con ojos que nubla el llanto
Se pone el pobre a leer,
Pero a veces llora tanto
Que casi no puede ver.
¿Qué será
Lo que le escriban al mozo,
Cuando, lanzando un sollozo.
Grita: ¡Mamá!, ¡mi mamá!?
Las manos, lacias y flojas,
Abre en hondo desconsuelo,
Y de la carta las hojas
Caen arrugadas al suelo
Ya no es posible que acabe
De leerla; ¡ya no ve!
¿Para qué, si ya lo sabe?
¿Para qué?
Besa el enlutado sobre
Y rompe el mozo a llorar...
¡Diez años hace que el pobre
Dejó su tierra y su hogar!
¡Diez años hace, diez años,
Salió a buscarse la vida!...
Bajo los altos castaños,
¡Qué triste es la despedida!
La madre le dio un rosario,
El padre un abrazo estrecho. . .
Y hoy al verse solitario,
¡Con qué ansia el pobre rosario
Oprime contra su pecho!
¡A América lo mandaron:
Con ahínco trabajó,
Y meses y años pasaron
Para el pobre Calicot!.
¿A qué seguir la porfía?...
¡La madre que lo quería,
Se murió!
Vendiendo cintas y gorros
fue su trabajo fecundo;
Pero ya solo en el mundo,
¿De qué sirven sus ahorros?
¿Quién los ojos de mi anciana
Buena madre cerraría?
¿Quién la humilde cruz cristiana
En las manos le pondría?
La esperaba mi buen padre...
¡A mirarlo no volví!...
¡Hoy también mi santa madre
Duerme allí!
¿Por qué a América me enviaron?
¿Por qué el campo no labré?
Mis amigos me olvidaron,
¡A mis padres no enterré!
¡Los proyectos que formaba,
La experiencia destruyó,
Y una joven que yo amaba
Ya con otro se casó!...
Compañeros de montaña.
Que fortuna codiciáis,
A la triste tierra extraña
¡No vengáis!
Así el mozo soliloquia,
Recordando en su quebranto
El humilde camposanto
Que termina la parroquia.
Ya los últimos luceros
La mañana disipó...
Pasan ya tus compañeros...
¡Al trabajo, Calicot!.
Pagina anterior: LA CAMPANA DE LA VIDA - Guillermo II de Alemania
Pagina siguiente: Y SI ÉL VOLVIERA UN DÍA... - Mauricio MaeterIinck