LA POESÍA DE LA RELIGIÓN


La historia demuestra que el hombre, en todas las épocas y grados de civilización, ha creído en la existencia de un Poder Superior, que rige los destinos del Universo. Esa creencia se nos presenta revistiendo variadas formas en los diversos pueblos, seguro la psicología y cultura mayor o menor de cada uno; pero indudablemente la idea más pura y elevada de la Divinidad se la debemos al Cristianismo. Dios, según él, es la Verdad, el Amor, la Sabiduría, el Poder, la Belleza, la Bondad, la Justicia, eternas e increadas, subsistentes en sí y por sí en una sola Naturaleza, principio y fin de todo cuanto existe. Obra de ese Poder, Sabiduría y Amor es la Creación con todas sus grandezas y maravillas; y el hombre, al reconocerlo así, eleva al Supremo Hacedor sus fervorosos cánticos de bendición y alabanza. He aquí la poesía religiosa, que alcanza su máxima elevación, vehemencia, sublimidad y perfección en los himnos bíblicos y en los poemas de todas clases que cantan las excelencias y misterios de la Fe Cristiana.