Esencia y naturaleza de los medios expresivos de la poesía


Un particular estado de ánimo, un sentimiento despertado por cualquier objeto del mundo natural o humano, una idea de proyecciones más o menos universales, pero teñida siempre de afectividad, si son expresadas adecuadamente en lenguaje oral o escrito, constituyen el núcleo de toda verdadera poesía.

Ésta implica por consiguiente dos cosas: primero, un estado de ánimo original y profundo; segundo, una expresión verbal que corresponda al estado emocional.

Mientras que la prosa o literatura prosaica puede caracterizarse, a su vez, por ser una expresión verbal de juicios generales o particulares, es decir, de un contenido primariamente intelectual, la poesía, en cambio, lo es de sentimientos y experiencias, esto es, de contenidos afectivos.

Ahora bien, así como la expresión adecuada de contenidos intelectuales exige el uso de determinados medios lingüísticos que configuran la literatura prosística, así también la adecuada expresión de sentimientos y afectos da lugar a una modalidad particular del lenguaje con características esenciales bien determinadas, que viene a ser la poesía.

La prosa como expresión de juicios, requiere un empleo sintético y económico de la lengua, encaminado a lograr, ante todo, claridad y concisión. Y puesto que su objeto no es otro que el de comunicar pensamientos, la mejor prosa será aquella que los comunique de la manera más completa y más fiel, lo cual no excluye por cierto la elegancia en el decir, ya que para ser completa y fiel también es necesario comunicar la belleza y la armonía de los pensamientos.

La poesía ha de crear ciertos medios expresivos, esencialmente distintos de los de la prosa. Entre ellos el más importante es, sin duda, la metáfora, mediante la cual el lenguaje abstracto del juicio racional tiende a hacerse concreto, expresando la peculiaridad de lo singular afectivamente captado.