Magallanes y Elcano, cómo llegaron al océano Pacífico
El primer navegante que dio la vuelta al mundo fue Sebastián Elcano. Este marino era piloto de la expedición que, al mando de Hernando de Magallanes, había partido de Sevilla, rumbo al Oeste, el 20 de setiembre de 1519, y regresó al mismo puerto procedente del Este, el 8 de setiembre de 1522. El viaje había durado tres años menos doce días; pero de los cinco buques y 270 hombres que habían partido regresaban tan sólo una nave, justamente llamada Victoria, y dieciocho hombres a su bordo, al mando de Elcano, pues el valiente Magallanes había sucumbido. Para explicar mejor lo ocurrido en la expedición, necesitamos retroceder un poco en el desarrollo de la cronología histórica.
Después de los viajes de Colón, el rey de España y emperador de Alemania, Carlos I, siguió creyendo que; podía llegarse a la India navegando hacia el Oeste. Para comprobar la verdad de tal supuesto, envió a Hernando de Magallanes, noble portugués que, descontento del trato recibido en su. patria, dejó el servicio de su rey y se ofreció al emperador. Compañero de Vasco de Gama en su viaje a la India, había visto las famosas islas de la Especería. En este viaje proponíase realizar lo que Colón no había conseguido: llegar hasta las Indias navegando hacia el Occidente.
Con animosa intrepidez tomó rumbo hacia América del Sur, a cuya extremidad meridional nadie había llegado hasta entonces, por lo que era imposible afirmar si se podía pensar en semejante navegación. Algunos de sus hombres se amotinaron y uno de los buques lo abandonó porque la tripulación se negó a ir más allá; pero Magallanes no quiso renunciar a su proyecto. Costeando siempre hacia el Sur, encontró, por fin, un gran golfo, en el que entró con la esperanza de que sería un paso que atravesara el continente. ¡Vana esperanza! No tardó en convencerse de que aquel aparente brazo de mar era sencillamente un río gigantesco. Después de haber retrocedido, continuó la exploración de la costa, hasta que al cabo ésta pareció henderse en dos; y penetrando en aquella especie de canal, cuyas dos orillas estaban formadas por espantosos precipicios, fue el único entre todos los expedicionarios que conservó la serenidad, cuando muchos de sus hombres estuvieron a punto de sucumbir de miedo, al estallar en la mitad de la travesía una gran tempestad. Magallanes se esforzó por tranquilizarlos; y de allí a poco consiguieron salir a la otra parte del canal, donde se abría un espléndido océano, al que hallaron en completa calma, por lo que lo llamaron “Océano Pacífico”. Tal es el origen del nombre de este inmenso mar.
A dicho océano habían llegado pasando por un estrecho que ha recibido el nombre del atrevido navegante que lo descubrió, el estrecho de Magallanes. Su travesía había durado treinta y ocho días; nada tiene, pues, de extraño que las tripulaciones se llenaran de terror. Continuando entonces su navegación alrededor del mundo, llegó a unas islas, posteriormente llamadas Filipinas en honor al rey Felipe II. En una de ellas, Magallanes ofreció su ayuda a un reyezuelo indígena, contra otro de la región. Tal decisión le fue funesta. Aceptado su ofrecimiento, atacó con unos cuarenta soldados a los enemigos, sin tomar en cuenta que éstos sumaban centenares. Los nativos se defendieron ferozmente y los españoles se vieron forzados a retirarse. Una flecha envenenada hirió a Magallanes en una pierna, pero el capitán no se desanimó y siguió protegiendo la retirada con un puñado de hombres, hasta que, rodeado por un grupo de salvajes, fue muerto a lanzazos.
A la muerte de Magallanes, Elcano, con el único barco que quedaba hábil para la navegación, continuó el viaje cruzando mares desconocidos, peto con la certeza siempre de que navegaban en dirección a la patria. Así llegó al cabo de Buena Esperanza, como había llegado Vasco de Gama en su viaje de regreso de la India. Cuando arribó a España y se divulgó la noticia de que habiendo, partido en una dirección había regresado por la contraria, no cupo ya la menor duda de que la forma de la Tierra era esférica y de que Elcano había efectuado un viaje alrededor del globo.
Varias tentativas se hicieron para repetir la hazaña de Magallanes y, medio siglo después, sir Francis Drake realizó a su vez un viaje de circunnavegación del mundo partiendo de Inglaterra.
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