Benjamín Franklin ayuda a descubrir la fuerza eléctrica
Vivía por entonces en América septentrional un hombre de los más ilustres que han existido en el mundo, llamado Benjamín Franklin, que fue el primero que robó al cielo sus rayos para ponerlos al servicio de la Humanidad. Nació en Boston, Massachusetts, en 1706, y comenzó su carrera, con muy escasos estudios, en la modesta imprenta de un hermano suyo. Era muy pobre, pero tenía una gran voluntad y capacidad de trabajo unidas a una vocación entusiasta; se educó sin más ayuda que la suya propia; empezó por ser un sencillo impresor, y estableció después un negocio propio en Filadelfia. Tanta reputación hubo de adquirir su nombre, que fue elegido por sus conciudadanos para que los representase en Inglaterra. La guerra estaba a punto de estallar entre Gran Bretaña y sus colonias americanas, e hizo para evitarla cuanto pudo; pero, viendo que sus esfuerzos resultaban estériles, regresó a América, adonde arribó cuando ya se habían roto las hostilidades. Llegó a ser jefe principal del gobierno que ayudó a Estados Unidos a emanciparse de la tutela británica, y fue enviado después a Francia como embajador, con objeto de solicitar la ayuda de aquel país contra Inglaterra. A él, por fin, cupo la gloria de iniciar las primeras negociaciones que condujeron a un tratado de paz entre Inglaterra y los Estados Confederados del Norte de América.
Mas el sabio investigador y diligente patriota supo servir al país sin dejar de lado sus inquietudes científicas.
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