Jorge Castriota logra tener a raya a los turcos por espacio de veinticinco años
Al oeste de lo que llegó a ser después el Imperio Otomano, hay una región montañosa llamada Albania. En ella establecieron su dominio los conquistadores turcos, quienes sometieron a los señores del país y se llevaron al hijo de uno de los más calificados, al que educaron según la ley religiosa de Mahoma.
Aquel joven, llamado Jorge Castriota, peleó en los ejércitos turcos, y así adquirió gran pericia en el arte de la guerra. Con todo, no tenía ningún cariño por sus educadores y compañeros de armas, y esperaba que se presentase una ocasión favorable para realizar lo que se había propuesto. Contando ya unos cuarenta años de edad, reunió a unos cuantos albaneses decididos a seguirle, atacó de improviso a los turcos y se apoderó de una fortaleza llamada Croya. Hecho esto, se declaró cristiano y excitó a los albaneses a levantarse en armas y guerrear contra el dominio de los turcos. Hiciéronlo así, nombráronlo su caudillo y a sus órdenes arrojaron del país a los invasores mahometanos. Jorge Castriota se mostró tan valeroso soldado y hábil estratega, que su nombre turco Iskander Bey vivirá permanentemente en la historia, entre los de los más ilustres guerreros.
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