Una imponente cordillera atravesada por un camino que llega a las nubes
Desde Moscú y de otros puntos de Rusia descienden hacia el mar Caspio los ferrocarriles que bordean las vertientes orientales de los montes Cáucaso, que son una inmensa barrera entre el Norte y el Sur, cuyo pico más elevado, el monte Elbrus, sobrepasa los 5.500 metros. Hay allí un camino militar, por el paso Dariel, que en algunos puntos se eleva hasta las nubes, en un escenario semejante a los de Suiza: picos cubiertos de nieve, recortándose en el azul del firmamento; torrentes impetuosos, glaciares y aludes, todo esto parece extraordinariamente bello después de las estepas desnudas y de los pedregosos desiertos que es necesario atravesar.
Bakú, en las márgenes del Caspio, famosa por sus ricos pozos petrolíferos, está unida por el ferrocarril, que pasa por Tiflis, con el puerto de Batum, en el mar Negro. Bakú y Batum son los puertos de salida de la zona petrolífera del Cáucaso.
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