CONDICIÓN SOCIAL DE LA MUJER INDIA Y TAREAS QUE LE CORRESPONDÍAN

La mujer india estaba muy lejos de ser esclava de su marido, como muchos han dado en suponer. Al contrario, gozaba de relativa independencia, pues cada consorte se dedicaba a sus faenas. Así, el marido procuraba el alimento de la familia por medio de la caza, que a veces buscaba a grandes distancias y, si escaseaba, no era raro que estuviese ausente del hogar varios días, y aun semanas enteras. Cazador intrépido, veíase obligado en ocasiones a luchar con osos y otras fieras, de cuyos combates salía a veces con peligrosas heridas. Una de las ocupaciones femeninas era la preparación de armas, que siempre había de tener prestas para casos inesperados. Cuando las tribus se trasladaban de un paraje a otro, la mujer era la encargada de llevar los enseres domésticos; y de esta suerte quedaba el hombre en completa libertad para ir siempre prevenido contra el enemigo que, quizá oculto detrás de algún árbol, pudiera lanzarle a traición una flecha. El marido indio raramente trataba con aspereza a su mujer ni a sus pequeños, y su afecto paternal era tan vivo que, cuando la caza abundaba y se veía libre y seguro de los ataques de tribus enemigas, tomaba parte en los juegos a que se entregaban los muchachos y aun los niños de la tribu.