La gran obra de la unidad nacional española, realizada por los reyes católicos
No menos importantes fueron las reformas en la legislación. En este punto la situación era en verdad caótica, pues a la vez regían las leyes de las Partidas, inspiradas en el derecho romano; los preceptos del Fuero Juzgo y los del Fuero Real del tiempo de don Pedro I. Los Reyes Católicos acordaron la compilación de toda la materia legal a los más eminentes jurisconsultos de la época, y el resultado fue el código promulgado con el título de Ordenanzas Reales, que, con leves modificaciones, rigió en España por espacio de tres siglos.
Otro de los instrumentos unificado-res creados por el gobierno de Isabel y Fernando fue la Inquisición, o Tribunal de la Fe. Realizada ya en parte la unidad nacional, interesaba a los soberanos implantar la unidad católica, y recurrióse para lograrlo a esos tribunales, que ya se conocían en Italia, Francia y Alemania, y aun dentro de España, pues fueron introducidos por san Olegario, arzobispo de Tarragona, y san Raimundo de Peñafort.
Dicha Inquisición sometería a su jurisdicción a los llamados cristianos nuevos, esto es, moros y judíos de reciente conversión, sospechosos de continuar las prácticas de su antigua fe, imputables por ello de herejía; contribuía a excitar los ánimos contra los conversos el hecho de que ocuparan importantes puestos civiles y eclesiásticos en el Estado.
El papa Sixto IV expidió una bula que facultaba a los monarcas españoles a que nombrasen eclesiásticos encargados de juzgar a los apóstatas según derecho y proceder en consecuencia contra ellos.
Tres años después de la inauguración del tribunal del Santo Oficio en Sevilla, el Papa nombró inquisidor general a fray Jerónimo de Torquemada, de la orden dominicana, confesor de sus majestades. Sobre su actuación circulan desde muy antiguo leyendas diversas, a las que no es posible prestar gran crédito, ni juzgar a la institución sin representarse, cuando menos, las circunstancias en que desarrollara su cometido y las ideas corrientes en la época y en el ambiente de los que la crearon.
Pagina anterior: Cómo los reyes católicas, Isabel y Fernando, restauraron la autoridad real
Pagina siguiente: El epílogo de la lucha por la reconquista: caída del reino moro de Granada