Un gran desastre aliado: la retirada de Dunkerque
En Bélgica y Holanda la aviación alemana actuó como en Polonia. Ciudades enteras fueron destruidas, y tal pánico se apoderó de las gentes, que llenaron las carreteras en su huida y los impresionantes éxodos dificultaron el movimiento de las tropas.
Al cruzar los alemanes la frontera belga, franceses e ingleses se adelantaron para apoyar a este país, pero sus tropas fueron copadas, cortadas las comunicaciones, y las divisiones panzer -divisiones acorazadas- avanzaron hacia Francia por la frontera belga, que, como dijimos, no estaba fortificada. Los ejércitos aliados, rodeados en Bélgica, procuraron romper el cerco y unirse al grueso de sus tropas; pero, imposibilitados de hacerlo, optaron, antes que rendirse, por una medida heroica: ser evacuados del continente y buscar refugio en Gran Bretaña.
Así, pues, los británicos marcharon hacia Dunkerque, sobre el canal de la Mancha, para intentar embarcarse. En tanto, los soldados franceses hicieron frente a los alemanes en desigual batalla para proteger la retirada de sus camaradas. En embarcaciones de todo tipo: de guerra, de carga, de pesca, de turismo, venidas desde Gran Bretaña, bajo una lluvia de metralla disparada por la aviación y artillería alemanas, fue evacuada la mayoría de esas tropas en retirada. Dunkerque constituyó el gran desastre aliado, y tal vez la batalla donde hubo mayores pruebas de heroísmo en el transcurso de la guerra.
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