El activo camino de la cultura y la educación de Canadá


Más de treinta mil institutos, donde concurren casi tres millones de alumnos que reciben enseñanza de cien mil profesores y maestros, es el signo bajo el cual se marcha por el camino de la perfección espiritual. A ello agreguemos la actividad de un gran movimiento literario; dos ramas literarias: inglesa y francesa que, partiendo desde los primitivos Relatos de los jesuitas, llega hasta los versos de Paul Morin, en francés, y de Ph. Pratt, en inglés; se va desarrollando un carácter nacional en la literatura canadiense, y sobresalen en la novela y en la poesía nombres como los de Cremazie, Frechette, Mazo de la Roche, Tomás Chandler Haliburton, Archibaldo Lampman, Gilberto Parker y Roberto Service.

Montreal es considerado el centro intelectual de Canadá, por el crecido número y el prestigio de sus escuelas y universidades.

Los establecimientos de enseñanza, franceses o ingleses, católicos o protestantes, son aun más numerosos que las iglesias.

Es justamente famosa la Universidad McGill, fundada en 1813 por un rico comerciante, cuyo nombre lleva. La Universidad de Montreal, católica, fundada en 1876, posee uno de los edificios más modernos del continente, en el cual funcionan ocho facultades y seis escuelas.

La capital canadiense tiene, además, una intensa vida artística, teatral y musical.

Su edificación es muy moderna, y la ciudad se halla dominada por una roca de unos 225 metros, el Mont-Royal, que corona una gigantesca cruz luminosa. Montreal, ubicada a orillas del caudaloso San Lorenzo, es el más importante puerto interior del mundo, de donde salen los numerosos productos de su actividad industrial por el camino que les ofrecen, hacia el océano, las aguas del río.