El opulento Creso y el invencible Ciro
El genio de Ciro pronto hubo de impulsarle a extender los dominios del imperio medo-persa por la parte occidental del Asia Menor. Había a la sazón en Lidia un rey tan opulento, que la expresión "tan rico como Creso" se hizo proverbial, y ha llegado hasta nuestros días, para ponderar la fortuna de un hombre. Trabajó cuanto le fue posible para armar a su país contra los invasores; pero sus aliados le hicieron traición, y Ciro se adueñó rápidamente de toda la parte del Asia occidental cuyas costas bañan los mares Mediterráneo y Negro.
Y después, unos 539 años antes de Jesucristo, los persas doblegaron también a la orgullosa Babilonia.
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