La "Tristeza de China" y su maravilloso barro amarillo
En el curso superior, el Yangtze pasa por una región cuyo suelo constituido por una tierra rojiza, es de asombrosa fertilidad y permite vivir de la agricultura a una de las partes más densamente pobladas de China. Las aguas del Yangtze son reguladas por una serie de lagos naturales que hacen de represas durante la época de las lluvias y deshielos, e impiden que el río desborde y devaste las regiones por donde cruza, como el Hwang Ho o río Amarillo, que riega la China Septentrional. El Hwang Ho o "Tristeza de China", como, en su idioma, también lo llaman los naturales de ese país, sale de su cauce anualmente, y como corre a través de extensas llanuras, sus aguas inundan las tierras adyacentes y arrastran todo lo que encuentran a su paso. Si bien no es navegable como el Yangtze y casi todos los años destruye parte de lo que el hombre construye a lo largo de su recorrido, en su cuenca vivo la mayor parte de la población de China porque sus revueltas aguas arrastran y depositan en los campos, durante las crecientes, un barro amarillo llamado loes, que permite obtener el producto de hasta dos cosechas por año.
El tercero de los grandes ríos de China es el Sikiang o río del Oeste, que riega la región meridional; nace en las montañas orientales del Tíbet, atraviesa regiones muy ricas en minerales e inunda zonas que, por su clima y la humedad que brindan sus aguas, permiten el cultivo del arroz, principal alimento de los chinos, que en las comidas tiene tanta importancia como el pan en las nuestras.
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