La rebelión del pueblo contra los eurpoeos innovadores
Es natural que las nuevas ideas hallaran tenaz oposición en aquel país, el más conservador del mundo; las primeras líneas férreas fueron destruidas tan pronto como se colocaron los rieles, fue muy difícil tender las primeras líneas telegráficas, y sobre todo eran combatidos los misioneros y los comerciantes extranjeros. La intromisión de éstos y de sus métodos de trabajo provocó finalmente una revuelta popular conocida con el nombre de rebelión de los boxers. Se llamaba a los conjurados boxers, es decir, boxeadores, porque formaron una sociedad bajo el nombre de Puño de la justa armonía. En 1900 estalló el movimiento, y durante dos meses la vida de los europeos residentes en China corrió gran peligro. Muchos fueron asesinados y otros sitiados en Peking; éstos, después de angustias indescriptibles, fueron liberados por tropas enviadas por potencias occidentales. El emperador, que había consentido ese levantamiento, huyó para ponerse a salvo, hasta que la paz fue un hecho y recibió las seguridades de que no se afectaría su poder.
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