El pueblo chino decide progresar y depone al emperador
Cansado de los excesos de la corte, el pueblo comenzó a reaccionar a fines de la primera década de nuestro siglo. En el año 1911 un agudo malestar se hizo sentir en todo el país, y algunos actos del emperador, en especial la contratación de un empréstito en el extranjero que hipotecaba las rentas de Manchuria, hicieron estallar motines en todas las zonas de China. Parte de las tropas se sublevaron, y Cantón fue el primer Estado que se erigió en república independiente, seguido pronto por otras catorce provincias, todos con la finalidad de formar un Estado federativo.
En el año 1912 las cosas habían llegado a tal gravedad, con la guerra civil que se extendía por todo el país, que quedaron destruidas todas las esperanzas de la emperatriz de conservar el trono. Ya había sido proclamada la república, y el doctor Sun Yatsen ocupaba la primera magistratura. Los rebeldes prometieron a la corte respetar sus propiedades, sus vidas y su libertad, y entonces el poder fue entregado a los representantes del pueblo.
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