La forma más sencilla de ojo y el ojo maravilloso que tienen algunos insectos


Con lo que llevamos dicho ya, podemos asegurar que las células de pigmento están en conexión con el cerebro, como todas las regiones del cuerpo, por medio de nervios. Con esto hemos llegado ya al caso en que existe una lente para enfocar la luz, células sensitivas sobre las que la luz ejerce determinada acción química y nervios que transmiten al cerebro las impresiones de la referida acción, el cual ve. Aquí existe, pues, una especie de ojo completo, desde lo externo hasta lo interno.

Los ojos de todos los animales invertebrados deben considerarse como simples perfeccionamientos de este tipo. El ojo de tales seres se desarrolla siempre en la piel de cada individuo, del mismo modo que acabamos de ver en la historia de estas formas animales. Pronto vamos a ver que los ojos de los vertebrados son de un tipo muy superior; pero no hemos de considerar que todos los ojos sean inferiores a los de cualquier vertebrado, porque los ojos de algunos insectos son en realidad de una penetración extraordinaria. La libélula o el caballito del diablo es, en este concepto, el insecto más admirable. Sus ojos son en extremo grandes y poderosos. En este caso particular, a diferencia de lo que en otros muchos ocurre, el cristalino, en vez de estar formado por una sola superficie curva, es como un diamante que presenta multitud de facetas, cada una de las cuales es a su vez una verdadera lente. El número de facetas que presenta el ojo del caballito del diablo se ha visto que asciende a ¡diecisiete mil!