Una característica del ser humano: la posición erecta
Existe una diferencia importantísima entre la columna vertebral del hombre y la de los animales; su curvatura. Por cierto, la columna vertebral humana no es recta, sino que está curvada; pero en los cuadrúpedos la curvatura es de tal grado, que el cuerpo tiende por su peso a caer hacia delante y sólo por medio de un esfuerzo muy grande pueden sostener, por breve tiempo, la posición erguida. Por ejemplo, a un perro se le puede obligar a marchar sobre sus patas traseras solamente, pero este tipo de locomoción no es natural para él. Sólo en el hombre las curvaturas están orientadas en tal forma que el peso de la parte superior del cuerpo no gravita o tiende a caer hacia delante. Su caída hacia atrás está impedida por potentes músculos y por dos recios cordones fibrosos, ligamentos situados en la parte anterior de la articulación de la cadera.
La columna vertebral, llamada también columna raquídea o simplemente raquis, protectora de la médula espinal y de muchas vísceras, puede dividirse en cuatro segmentos, que son: 1") la columna cervical; 2") la columna dorsal; 39) la columna lumbar, y 4*) el segmento sacro-coxígeo. Cada segmento tiene a su vez un número determinado de vértebras, correspondiendo: 7 a la columna cervical, 12 a la dorsal, 5 a la lumbar, y 9 ó 10 al segmento sacro-coxígeo.
Todas las vértebras presentan caracteres generales comunes, por los cuales se las distingue como tales, y caracteres específicos para cada segmento de la columna. Si tomamos una vértebra aislada, veremos que consta de una masa compacta, que es el cuerpo vertebral. Por detrás de éste se proyecta un apéndice óseo, la apófisis espinosa, cuya serie se puede palpar de arriba hacia abajo en la línea media de la espalda. A ambos lados del cuerpo de la vértebra están las apófisis transversales. Tanto éstas como las espinosas, dan inserción a músculos y ligamentos que no sólo unen las vértebras entre ellas, sino que ayudan a nuestra posición erecta.
El cuerpo de una vértebra y sus apófisis correspondientes circunscriben un orificio. Como las vértebras están apiladas, una encima de otra, también se superponen los orificios, constituyendo un conducto llamado raquídeo y que contiene la médula espinal. Además, a cada lado, en la unión de una vértebra con otra, existe otro pequeño agujero que es el orificio de conjunción, y por el cual salen los nervios espinales que, partiendo de la médula, se distribuyen por la totalidad del cuerpo.
Ahora bien, el cráneo tiene en su base y justamente en la línea media, un orificio llamado agujero occipital, donde se aloja el bulbo, que es la unión de la médula con la masa nerviosa encefálica o cerebral.
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