Monte-Cristo trama un gran complot para confundir a uno de sus enemigos


Hondos eran los designios que se ocultaban en la adquisición de la casa de Auteuil. El Conde de Monte-Cristo preparó en ella un soberbio banquete a todas sus amistades. Entre los invitados se contaban la Baronesa Danglars y el señor de Villefort, que, como procurador del rey o fiscal del reino, gozaba de gran autoridad desde hacía muchos años.

La comida fue magnífica. Monte-Cristo había puesto empeño en dar al traste con las ideas y gustos que a la sazón dominaban en París y en satisfacer la curiosidad de los invitados, tanto como su apetito. Era un verdadero banquete de hadas; y los huéspedes no sólo quedaron impresionados por las enormes riquezas que poseía su anfitrión, sino también por su inagotable ingenio en prepararles sorpresas. Terminado el banquete, hizo Monte-Cristo que la conversación versara sobre las tragedias de las casas viejas. Si aquella en que estaban pudiera contar lo que en ella había pasado años atrás ¡cuan interesante y terrible a la vez sería! Y de esta suerte, y paso a paso, condujo a sus invitados por toda la casa, visitándola de cuarto en cuarto, y bajó por la escalera del jardín, explicándoles la extraña historia de un niño allí enterrado, historia que la lúgubre vivienda parecía haberle contado a él. Algunos de sus invitados no pudieron ocultar la penosa impresión que les causaba la narración del Conde, de propósito enderezada a tal fin; y el señor de Villefort tuvo que confesarse a sí mismo que estaba en manos del Destino, personificado por aquel hombre terrible y misterioso, conocido con el nombre de Conde de Monte-Cristo.

Villefort tenía una hija de su primera mujer, pues se había casado dos veces. Llamábase Valentina y por mandato de su padre, no por su propia voluntad, había prometido su mano al Barón Franz d'Epinay. La hermosa joven estaba enamorada de un bizarro oficial del ejército llamado Maximiliano Morrel, hijo de un armador marsellés; pero ni ella ni su amante habíanse jamás atrevido a confesar el hecho al padre de Valentina.