La osa mayor
Al contemplar este grupo de estrellas que no se pone jamás en el hemisferio Norte, la gente ha creído ver en ellas objetos muy diferentes. Los griegos lo llamaban "El carro"; los antiguos galos, "El Carro de Arturo"; los norteamericanos, "El Cazo"; los ingleses, "La Carreta de Carlos", o "El Oso Grande". Hay, en realidad, dos constelaciones que llevan el mismo nombre: La Osa Mayor y la Osa Menor. Veamos cómo explica la leyenda su situación en el cielo.
Júpiter y Calisto tenían un hijo llamado Arcas. Juno, que sentía celos de Calisto, convirtióla en una osa, y su hijo, que nada sabía, estuvo a punto de matarla. Entonces Júpiter, a fin de substraerla a los peligros de los cazadores, convirtióla en una constelación. El reino de Arcas fue Arcadia, país dichoso donde el rey enseñaba a sus súbditos a roturar el suelo e hilar la lana. Un día, mientras cazaba, encontróse con una ninfa de las selvas, la cual estaba consternadísima porque el árbol que le estaba confiado hallábase en peligro de ser arrastrado por la avenida de un río. Arcas salvó la vida del árbol, desviando la corriente, y se casó con la ninfa; al morir dejó el reino a sus tres hijos. Cuando murió Arcas, Júpiter lo convirtió en un oso, como a su madre, y lo puso al lado de ella en el cielo, en forma de una nueva constelación.
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