La Tierra es frenada contínuamente por las mareas
Establece el principio de inercia que si la Tierra se moviera en el espacio vacío, mantendría eternamente su movimiento rotatorio, sin alteración de su velocidad. Sería un caso análogo al de una rueda animada de movimiento de rotación, que girara en torno de un eje en condiciones ideales, sin el mínimo rozamiento con el eje o con el aire. Dicha rueda tampoco llegaría a detenerse jamás.
Aunque no nos parezca así, la Tierra se va frenando día tras día. Son precisamente las mareas las que actúan de freno gigantesco, ya que se mueven en sentido contrario al de rotación de nuestro planeta. Poco a poco la Tierra aminora su velocidad de rotación, de suerte que los días se van haciendo más largos. No esperemos notarlo, pues la disminución de la velocidad, debido a la enorme masa de la Tierra y al relativamente pequeño efecto de las mareas, se cumple en forma paulatina. La diferencia de duración entre los días de hoy y los de mañana, y aun entre los de uno y otro año, son insignificantes. Pero hubo una época en que la Tierra giraba mucho más rápidamente, desde que daba una vuelta sobre su eje en cuatro horas; debemos esperar también que en remotos tiempos futuros, la Tierra gire en forma muy lenta.
Al mismo tiempo que la Tierra se va frenando en su rotación, también la Luna se aleja de la Tierra, y su movimiento de rotación en torno nuestro se retrasa, en consecuencia. De donde resulta que por la interacción gravitacional, se hacen más largos los días y el mes lunar.
Si éste fuera el proceso futuro, cabe pensar que en el pasado las cosas sucedían a la inversa. Antes de que la acción sostenida de las mareas hubiera frenado a la Tierra hasta reducir la velocidad al valor que posee actualmente, nuestro planeta debió de girar con más velocidad. Pero nunca a más de una vuelta cada cuatro horas, pues de lo contrario, por efecto centrífugo, hubiese saltado en pedazos. En tan remotos tiempos, la Luna debe de haber estado mucho más cerca de nosotros y haber girado, en consecuencia, mucho más velozmente que ahora. Si retrocedemos aun más en el tiempo, llegaremos a la época en que la Luna se separó de la Tierra, por efecto de la atracción solar, tal como lo hemos visto en un capítulo anterior.
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