MAHATMA GANDHI: El padre del pueblo hindú
Corría el año 1931 cuando los londinenses asombrados vieron pasear por sus calles la extraña figura de un hombre de edad madura, acompañado por una cabra blanca. Cubría su cuerpo, magro en exceso, una exótica y tosca vestidura blanca, de la que emergían brazos y piernas largos y sumamente flacos.
Calva la cabeza, ancha la frente, oscuro el rostro. Los ojos vivos tras los vidrios de los anteojos, el bigote corto, y una sonrisa bondadosa y atrayente, despertaban la simpatía inmediata de los transeúntes.
Aquella sonrisa y aquellos ojos, reflejo de un espíritu noble y puro y de un corazón generoso y abnegado, pertenecían a una de las personalidades más notables de nuestro tiempo, al Padre del pueblo hindú, a Mohandas Karamehand Gandhi, a quien sus connacionales llamaban Mahatma, es decir “grande alma” (maha: grande; atma: alma), por sus relevantes virtudes, por su amor al pueblo, por su sed permanente de justicia y por su tenaz oposición a todo lo que significara imposición, fuerza, violencia.
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