LA MUCHACHA QUE VENDIÓ SU CABELLO
Durante las guerras napoleónicas, Silesia, un territorio alemán, hacía heroicos esfuerzos para rechazar a los ejércitos franceses. En aquella nación, amante de su libertad, todos estaban poseídos de apasionado y ardiente patriotismo y daban cuanto podían para equipar al ejército defensor de la soberanía nacional.
Corría el año 1813. Una muchacha silesiana no tenía dinero alguno que ofrecer a la nación, y sus cobres enseres eran de escaso valor. Sin embargo ardía en deseos de ayudar a sus compatriotas en la lucha empeñada contra el ejército invasor.
Un día se le ocurrió que para obtener dinero podría vender su abundante y larga cabellera, y con tal propósito fue a Breslau, donde buscó un peluquero y le ofreció sus trenzas. El peluquero no podía comprender por qué quería deshacerse de su hermoso cabello, y la joven tuvo que explicarle el motivo de su determinación. Él entonces aceptó la oferta. La cabellera fue cortada y la muchacha volvió contenta a su casa.
El peluquero quedó tan conmovido por aquel ejemplo de sacrificio, que no quiso aplicar aquel cabello a los usos corrientes, sino que lo empleó en hacer varios brazaletes. Divulgóse lo que esta muchacha silesiana hizo por su patria, y toda Silesia se enorgulleció del acto, y los artículos hechos con sus cabellos fueron tan buscados que el peluquero obtuvo una cantidad enorme y contribuyó con una suma importante a los gastos de la nación.
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