Una victoria a lo Pirro
Pirro, rey de Epiro, concibió la idea de emular las hazañas de Alejandro Magno. Planeó varias campañas, pero la que más le urgía era la defensa de la ciudad griega de Tarento, en el sur de Italia, amenazada por los romanos, y en cuyo auxilio acudió con 25.000 hombres y varios elefantes de guerra.
Enfrentó y derrocó a los romanos en dos grandes batallas, pero sufrió en ellas tales bajas, que al ser felicitado por sus triunfos contestó: “Estoy perdido si consigo otra victoria como ésta”.
Así, “Una victoria a lo Pirro” vino a significar un triunfo ruinoso, u obtenido a costa de grandísimos sacrificios.
Pagina anterior: Interminable como la labor de Penélope
Pagina siguiente: Los días de Alción