Cómo se produce el extraño fenómeno del eco
Si arrojamos una piedra a un estanque, se producen ondas que se propagan. Estas ondas al llegar a las paredes se reflejan y vuelven en sentido inverso. De un modo semejante las ondas sonoras pueden reflejarse cuando encuentran una superficie dura en su trayecto.
Colocando un reloj en el fondo de un tubo, sobre objetos blandos, no puede escucharse su marcha a cierta distancia de él. Si en la boca de un tubo colocamos un plano duro, el sonido se reflejará entonces en él.
Vimos que las ondas sonoras pueden reflejarse cuando encuentran en su camino una superficie dura. Una persona que emita un grito a cierta distancia de una pared, vuelve a percibirlo instantes después. Esto se debe al eco, que es la repetición de un sonido causada por la reflexión que se produce al chocar la onda sonora contra un cuerpo duro.
Al emitir un grito en una montaña lo escuchamos durante cierto tiempo repetido por el eco, no una, sino varias veces. Esto se debe a las sucesivas reflexiones del sonido en las cumbres.
El eco se emplea con éxito para determinar la proximidad de icebergs o de rocas a flor de agua en días de niebla como también para medir la profundidad del agua por donde pasa un barco, así como para determinar la posición de buques hundidos.
En los locales destinados a celebrar reuniones o audiciones musicales, los ecos suelen ser con frecuencia gran junto resulta más o menos confuso, como cuando un principiante toca una pieza en el piano usando siempre el pedal. Todavía es peor cuando se trata de oír un discurso, pues conviene que en tal caso se perciba distintamente cada sílaba que el orador pronuncie, sin que se confunda con el eco de las palabras anteriores. Es preciso, por lo tanto, valerse de distintos medios para evitar, en lo posible, la reflexión del sonido.
Todos sabemos que, debido a la elasticidad, una pelota arrojada contra una pared o contra el suelo, rebota. Sin embargo esto no sucede si la arrojamos sobre una cama, pues ésta absorbe el golpe. Un fenómeno semejante sucede con las ondas sonoras: si encuentran superficies duras, rebotan en ellas; si chocan contra cortinas, cortinajes o materiales a prueba de sonidos, son absorbidas.
La propiedad de ciertas sustancias a prueba de sonido es aprovechada en los teatros, y sobre todo en los cines modernos, para evitar la reverberación o producción de ecos múltiples.
Los cortinajes, los tapices y otras cosas por el estilo, son malos reflectores del sonido y resultan de cierta utilidad; también una serie de alambres tendidos de un lado a otro de la sala, encima del auditorio, pueden contribuir al desbaratamiento de las ondas sonoras impidiendo, por lo menos, que sean reflejadas desde el plano que forma el techo.
La gente misma mejora, con su sola presencia, las condiciones de una sala donde ha de hablarse o cantarse, pues sus cuerpos constituyen por encima del piso una superficie irregular contra la cual vienen a estrellarse las ondas sonoras, del mismo modo que las ondas del mar se deshacen más contra las asperezas de un acantilado que cuando chocan contra una escollera que les presenta superficies planas.
Se han realizado estudios que han demostrado cómo debe construirse un local para que la reflexión del sonido resulte útil, en vez de perjudicial. Cuando las superficies reflectoras distan mucho del orador o del músico, el sonido tarda cierto tiempo en reflejarse, y se percibe claramente el eco; pero si el sonido se produce muy cerca de una superficie curva, como este inconveniente. El que oigamos con debida claridad las palabras de un orador o que escuchemos con agrado una pieza de música, depende de que no haya eco alguno que pueda percibirse. Así es que, cuando un concertista saca una nota del piano, el sonido repercute en todos los ámbitos de la sala, produciendo el efecto de un arpegio ejecutado rápidamente. Esto, no sólo perturba la audición sino la ejecución de la música. Hay casos favorables, sucede en muchas iglesias que el eco o la reflexión lo devuelven tan de prisa, que en vez de percibirlo el oído en forma de ruido perturbador se funde o se mezcla con el sonido del cual es eco y le hace ganar en claridad.
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