Las ciudades griegas y el resurgir de Atenas al influjo de Pericles


Bajo tal signo nació Atenas, y ésta y su rival, Esparta, fueron las dos ciudades magnas del mundo helénico que se disputaron la hegemonía sobre las demás, pues los griegos nunca llegaron al constituir un solo Estado centralizado a la manera que lo hicieron los egipcios.

Su triunfo sobre los persas dio la supremacía a los atenienses, que se habían distinguido en la sangrienta lucha. Una de las consecuencias más significativas de tal victoria fue el resurgimiento de Atenas, totalmente destruida por los persas, y el florecimiento insospechado que adquirieron en ella tanto las artes como las ciencias y la filosofía, gracias a las iniciativas de Pericles, y a la protección que éste les dispensara.