La madurez del arte griego llega cuando se esculpe la primera sonrisa
Parece ser que las esculturas griegas más antiguas fueron realizadas en metal o talladas en madera, y que el empleo de la piedra y el mármol es posterior. En esa primera etapa presentan cierta rigidez que recuerda a la escultura egipcia, como puede apreciarse en el llamado Apolo de Teneia; pero bien pronto rompieron los escultores con esa tradición. Los primeros que se atrevieron a enfrentarla pertenecían a una familia de escultores que vivió hacia el siglo vi a. de C, en la isla de Quíos. Cuatro generaciones de escultores quianos se sucedieron, y uno de ellos, Arquermos, artista de atrevida osadía, esculpió una estatua de nueva factura que representa a la diosa Victoria, en la que introdujo dos innovaciones notables: movimiento y acción por un lado, que consiguió con la actitud de brazos y piernas, y un rostro sonriente por otra parte, lo que ha permitido decir que fue el artista que esculpió la primera sonrisa en la historia del arte. Los escultores quianos se trasladaron al Ática y los atenienses pronto adoptaron sus reformas, que debían de completarse más adelante en la época llamada Siglo de Pericles.
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