El enigma de las islas del mar Egeo, referencias de Homero
La isla de Creta, donde se desarrolló la acción de la leyenda que acabamos de recordar, emerge de las aguas azules del Mediterráneo en medio de islas e islotes que nos hablan, a través de las ruinas que atesoran, de un glorioso pasado que conocemos sólo por lejanas y vagas referencias e indicios de otros pueblos que fueron sus contemporáneos.
El sector oriental del Mediterráneo, que corresponde al llamado mar Egeo, es el de mayor atracción para nosotros, ya que en sus islas se desarrolló una cultura tan avanzada como la cretense o minoana.
La mitología griega, rica en sugestivas fábulas y leyendas, atribuye a seres gigantescos con un solo ojo en medio de la frente, los cíclopes, el patrimonio de esa maravillosa cultura que tuvo origen en Creta e islas del Egeo y luego se extendió al continente, donde levantó ciudades como las de Micenas y Tirinto, y dio origen a una nueva cultura que se llamó creto-micénica, por desarrollarse en Micenas y haber recibido la influencia de los cretenses. Homero, en sus dos geniales poemas, La Ilíada y La Odisea, alude a esos mismos pueblos reviviendo el esplendor de los Señores del Mar. Los arqueólogos, por su parte, han descubierto en la isla de Creta restos de ciudades y construcciones muy antiguas que se remontan hasta unos 2.500 años antes de Cristo, aproximadamente. Tales hallazgos vinieron a confirmar datos de la tradición griega referida a aquellos poderosos reyes que dominaron las islas del Egeo. Restos encontrados posteriormente en las costas del Asia Menor, como los de las siete ciudades superpuestas de Troya, una de las cuales coincide con la legendaria Ilion descrita por Homero, dio fuerza de verdad histórica a muchos datos que éste incluye en sus poemas. La coincidencia de algunos datos de la leyenda con los hallazgos arqueológicos nos hace pensar en la existencia de ciertas fuentes escritas que mantuvieron viva la historia de Creta desde el esplendor minoano a los tiempos homéricos. La seguridad con que tiempo después Aristóteles, en el siglo iv antes de Cristo, hace referencia a la época de Minos, es un nuevo testimonio de lo que acabamos de decir. Es probable que cuando se descifren y puedan leer los signos gráficos de las tabletas encontradas en los palacios de Cnosos se revelará el misterio que envuelve a esta vieja cultura; mientras tanto, el relato del sitio de Troya y el de los viajes de Ulises pueden ser considerados como versiones libres y fantaseadas de la vida y migraciones prehelénicas.
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