En las estatuitas de Tanagra la frágil terracota cobra vida
Una expresión distinta entre las artes plásticas griegas son las estatuitas femeninas de terracota, policromadas, hechas casi siempre con moldes, que llegaron a constituir un elemento típico de la cerámica, pues se distinguen por la gracia de su expresión y por el movimiento de sus líneas. Se las encuentra por lo general en las tumbas; las más famosas son las que se hallaron en la ciudad de Tanagra, en Beocia, de donde tomaron el nombre, y en la de Mirina, Asia Menor. Tienen el mérito de hacernos trasladar hasta aquellos lejanos tiempos, reviviendo la vida íntima de los pueblos que sufrieron la influencia de los griegos. Representan graciosas muchachitas o delicadas niñas que juegan y saltan, o leen, en actitudes tan vivas y familiares, que nos resulta difícil aceptar que pertenecen a una época de la que nos separan tantos cientos de años.
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