Los complementos de la vivienda, en busca de mayor comodidad
Con la vivienda, el hombre primitivo trató de procurarse mayores comodidades, para lo cual perfeccionó sus armas de defensa, sus utensilios domésticos v sus instrumentos de labranza. El elemento característico de las culturas prehistóricas de la edad de la piedra fue el hacha de sílex amigdaloide, es decir, en forma de almendra, tallada por golpes dados con otras piedras, arma que en el neolítico evolucionó hasta convertirse en un hacha pulida por fricción, cuyo manejo se facilitó adaptándola a un mango de madera. Al lado de esta arma típica, en las grandes excavaciones aparecen otras, tales como puntas de flecha y jabalinas, raspadores, arpones y punzones. En su fabricación se utilizaron simultáneamente la piedra, el hueso, las astas de reno y las conchillas de moluscos, empleadas además en la fabricación de objetos de adorno personal.
En casi todos ellos aparecen elementos ornamentales que hablan del grado de desarrollo artístico alcanzado por el hombre cavernario.
En cuanto al vestido, originariamente usaron la piel y el cuero de los animales que cazaban, pero posteriormente conocieron el arte de la hilandería -aquí empleamos la palabra arte en el sentido de artesanía-, tal como lo demuestran los hallazgos realizados en grutas y tumbas. Con la industria del tejido se desarrolló después la del teñido mediante procedimientos en los que se aplicaban tinturas naturales extraídas de algunas plantas y moluscos.
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