Martín Miguel de Güemes, el señor de Salta, vivió y murió por su patria
Entre los oficiales del ejército del Norte se hallaba en los primeros años de la Revolución emancipadora un prestigioso joven salteño, llamado Martín Güemes, hijo de una de las familias más distinguidas del lugar; hombre de gran predicamento entre los habitantes de la campaña, reunía condiciones de mando y excelentes cualidades para la guerra irregular.
Güemes, que había nacido en 1785, sentó plaza a los catorce años en el regimiento de infantería de Buenos Aires; en sus filas luchó contra la invasión inglesa, y alcanzó el grado de oficial por su heroico comportamiento en las gloriosas jornadas de 1806 y 1807. Fue uno de los primeros en sumarse a la Revolución, y debido a sus condiciones militares y a sus dotes de valor, reunió en torno de él un ejército compuesto de gauchos, cuyos oficiales eran jóvenes de las más ilustres familias salteñas. Especialmente en las campañas del Alto Perú, en 1815, a las órdenes de Rondeau, obtuvo brillantes victorias y se adueñó de la provincia de Salta, de la que fue gobernador desde 1815 hasta 1821. Sin embargo, debido a la composición especial de las fuerzas que mandaba y a su peculiar manera de entender la campaña, surgieron divergencias entre él y el general del ejército regular, hasta que, no queriendo perjudicar la causa de la Revolución, ambos firmaron, en los Cerrillos, un convenio por el cual se juraban paz sólida, amistad eterna, olvido del pasado y amnistía general, quedándose Güemes con los desertores del ejército de Rondeau. Vencido este jefe por los realistas en Sipe-Sipe, Güemes se encargó, desde ese momento, de la defensa de la frontera del Norte.
Las campañas que lo hicieron famoso se conocen con el nombre de Guerra Gaucha, verdadera guerra de recursos que durante cinco años tuvo en jaque a las fuerzas realistas en el norte argentino. Durante este período, Güemes unificó la acción de las fuerzas irregulares y detuvo el avance español procedente del Alto Perú, venciendo en repetidas ocasiones a las tropas realistas que por ocho veces consecutivas invadieron a Salta, y otras tantas hubieron de abandonar su empeño, derrotadas por las guerrillas gauchas. El mismo Libertador San Martín tuvo palabras de elogio y admiración para el valiente caudillo salteño.
Güemes encontró heroica muerte, el 17 de junio de 1821, al defender a Salta del ataque que, por sorpresa, lanzó sobre dicha unidad el jefe realista Olañeta.
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