Presidentes de México desde 1920 hasta 1960
Las elecciones dieron el triunfo al general Álvaro Obregón, que ocupó la presidencia para el período 1920-1924. Su gobierno se preocupó por reorganizar y fomentar la educación pública creando escuelas rurales; impulsó la agricultura y reanudó las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, que habían sido suspendidas durante el mandato de Carranza.
Al finalizar este período, ocupó el cargo el general Plutarco Elías Calles, quien se reveló como un gran estadista, pero al nacionalizar los bienes del clero y reglamentar su acción, provocó una revuelta popular que se llamó de los cristeros.
En 1928 volvió a ser electo Obregón, pero fue asesinado antes de asumir el poder. Fue designado presidente provisional el licenciado Emilio Portes Gil, quien ejerció el cargo hasta 1930 y cuya labor conciliatoria resolvió el conflicto entre la Iglesia y el Estado. En 1930 asumió el mando el ingeniero Pascual Ortiz Rubio, que a raíz de graves desavenencias políticas, renunció en 1932; sustituido por el general Abelardo L. Rodríguez, éste ocupó la presidencia interina por espacio de dos años. Mantuvo una política moderada, expidió la Ley del Salario Mínimo para los obreros, impulsó el establecimiento de industrias y formuló el Plan Sexenal que establecía la duración de seis años para el período presidencial.
En diciembre de 1934 ocupó la presidencia, por primera vez para un período de seis años, el general Lázaro Cárdenas, que atendió con preferencia los problemas de las masas obreras, campesinas e indígenas y decretó la nacionalización de la industria petrolera, lo que dio beneficiosos resultados a la economía del país. Repartió latifundios entre los campesinos y propició la formación de sindicatos obreros.
Al terminar el período de Cárdenas en 1940, fue sucedido por el general Manuel Ávila Camacho, quien desarrolló una política de solidaridad tanto nacional como internacional, e inauguró un período de unidad nacional al permitir volver a México a los políticos que permanecían expatriados, y al propender a la tolerancia religiosa y al respeto a la libertad de prensa. Reorganizó la estructura de los grandes partidos políticos para ajustarse a una estricta democracia. Por su espíritu justiciero y generoso fue llamado el Presidente Caballero, pues en todos sus actos cumplió con su ofrecimiento de “gobernar para todos los mexicanos sin distinción de clases ni creencias”. Se interesó muy especialmente por la educación, y durante su administración se crearon centros de cultura superior; fundóse la Comisión de Investigación Científica, el Seminario de Cultura Mexicana y se emprendió la gigantesca Campaña de Alfabetización. En 1942 se fundó el Observatorio Astrofísico de Tonantzintla e instituyóse el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
En otros órdenes, se implantó el seguro social para trabajadores y el servicio militar obligatorio. En el terreno internacional, Ávila Camacho adoptó como principios fundamentales la solidaridad continental y la cooperación universal; como consecuencia de ello, durante la Segunda Guerra Mundial, la nación se declaró en contra de los países del Eje (Alemania, Italia y Japón) y envió un escuadrón de fuerzas aéreas al Pacífico, uniéndose así a las democracias del mundo.
En 1946 tomó posesión como presidente de la República el licenciado Miguel Alemán Valdés, que gobernó hasta el año 1952. Durante su período se efectuaron importantes obras públicas, se llevó a cabo un plan para la electrificación del país y se construyó la bella y espléndida Ciudad Universitaria, orgullo del México moderno.
En 1952 asumió la presidencia don Adolfo Ruiz Cortines para el período que terminó en 1958. Uno de sus primeros actos fue conceder el voto a la mujer. Bajo su mandato, el país vivió una época de paz y trabajo que se tradujo en un innegable progreso material y cultural. Se continuó impulsando a la agricultura, a la industria nacional, a la construcción de vías de comunicación y a las obras de electrificación e irrigación. Debido a su labor honesta y enérgica, México cuenta con innumerables escuelas, bien equipados hospitales y mercados modernos. En la capital de la República se abrieron amplias y hermosas calles, avenidas y viaductos; la ciudad entera fue saneada y ornamentada igual que otras muchas.
Para el período 1958-1964, fue elegido presidente el licenciado Adolfo López Mateos.
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