La revolución del 25 de mayo de 1810, génesis de la independencia argentina
Las universidades que España había fundado en Córdoba y en Chuquisaca contribuyeron a formar generaciones de hombres preparados para la función pública, a quienes no se les retaceó la enseñanza; hasta las nuevas ideas surgidas de la revolución liberal fueron enseñadas y hallaron acogida en los jóvenes americanos. Ciertos aspectos extremadamente rígidos de la administración colonial hispánica, así como el despotismo o la ineptitud de algunos funcionarios; la mora en la administración de justicia, y especialmente el funesto régimen comercial imperante, fueron creando un sentimiento de resistencia a las autoridades metropolitanas, sentimientos del que incluso participaban algunos españoles con largos años de residencia en el Plata.
Los españoles americanos tendían, cada vez en mayor número, a conservar en propias manos el gobierno y la administración colonial. Varios episodios, ocurridos a comienzos del siglo xix, hablan elocuentemente de esa efervescencia popular: entre ellos, los de mayor trascendencia fueron, tal vez, el Cabildo Abierto del 14 de agosto de 1807, en el que la voluntad popular se impuso y logró la suspensión del virrey Sobremonte, y la asonada del 1" de enero de 1809, durante la cual se oyeron por vez primera en las calles de Buenos Aires reclamos estentóreos por un gobierno propio. Empero, sólo cuando se tuvo la certeza de la caída de la monarquía española, abatida por Napoleón victorioso, Buenos Aires dio el paso decisivo en pos de aquella aspiración.
El virrey del Río de la Plata, don Baltasar Hidalgo de Cisneros, había tratado de disimular la trascendencia de las últimas noticias recibidas do la Madre Patria; pero no logró impedir la difusión de los rumores; llegaron, pues, a la calle y a los cuarteles, y determinaron finalmente el reclamo de los patriotas solicitando por voz del Ayuntamiento la realización de un Cabildo Abierto que tratara la situación. El Virrey quiso sostener su negativa; pero, ante la solidaridad de los comandantes de la fuerza militar con la reclamación de los grupos revolucionarios, debió dar su asentimiento. La reunión se realizó el 22 de mayo, y en ella quedaron sentadas las bases de la revolución que habría de culminar seis años después con la independencia argentina.
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