ÁBACO
EL ÁBACO ETRUSCO
Los antiguos etruscos habían imaginado otro ábaco igual en principio al suan pan, y es el conocido por el nombre abacus numerorum. Era este un tablero dividido en columnas paralelas; la primera para las unidades, la segunda para las decenas, la tercera para las centenas, etc. Primitivamente, se hicieron los cálculos con piedrecitas, y después con fichas, tuvo valor cambiaba decimalmente, según la columna en que se ponían. Luego se perfeccionaron estos ábacos, y las columnas se conviertieron en ranuras. Este ábaco etrusco fue el que usaron los romanos, y de estos pasó a los pueblos neolatinos. A falta del ábaco etrusco, se salpicaba de arena fina una superficie plana, y con un punzón o estilo de madera se trazaban en la arena surcos, que hacían las veces de las columnas o de las ranuras citadas. Muchos ábacos romanos han llegado hasta nosotros, y la Biblioteca nacional de París posee uno. En el siglo xvii Mad. Sevigné, y en el xviii Buffon, hablan, como de práctica bastante común, de las cuentas por fichas, hechas por las mujeres que no sabían leer.