Biografia de Tirso de Molina [fray Gabriel Téllez]
(Madrid, h. 1584-Almazán, España, 1648) Dramaturgo español. Su biografía es un tanto incierta. Se le ha querido identificar como hijo bastardo del duque de Osuna, aunque no está probado. De lo único que se tiene noticia cierta es de sus movimientos: se ordenó en 1601 en el convento de Guadalajara, y entre 1616 y 1618 vivió en Santo Domingo. Dos años después de su vuelta, fue condenado a destierro por la Junta de Reformación, acusado de escribir comedias profanas que podían considerarse amorales. En 1626 terminó el destierro y fue nombrado comendador del convento de Trujillo, aunque acabó, de nuevo por causa de su obra literaria, confinado en el convento de Cuenca. Sin embargo, en 1632 fue designado cronista general de la Orden de la Merced. Los últimos años de su vida los pasó como comendador del convento soriano de Almazán, donde murió. Su producción literaria es amplia y abarca diversos géneros. Como religioso, escribió autos sacramentales, comedias hagiográficas y piezas bíblicas. Entre sus obras profanas se encuentran numerosas comedias construidas a partir de leyendas y tradiciones castellanas, entre las que cabe distinguir las comedias de carácter (Marta la piadosa o El vergonzoso en palacio) y las de intriga (La villana de Vallecas, Desde Toledo a Madrid, Por el sótano y el torno y Don Gil de las calzas verdes). Fueron publicadas en cinco partes entre los años 1627 y 1636, sin incluirse, sin embargo, una de sus obras más importantes, El burlador de Sevilla y convidado de piedra, con la que se consolidó de forma definitiva el mito de Don Juan en la tradición literaria española, así como El condenado por desconfiado, esta última de atribución no demostrada. Su teatro siguió el camino marcado por Lope de Vega, de quien Tirso toma el cetro, con una constante mezcla de humor y sentido trágico y sin regla fija para la unidad de tiempo y lugar. Se distingue de Lope por la profundidad psicológica que supo dar a sus personajes, en especial los femeninos, a quienes parecía conocer bien, quizá por su actividad de confesor, y que ocupan un lugar importante en su obra. Escribió también dos obras en prosa de estructura novelada: Los cigarrales de Toledo y Deleitar aprovechando.