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Biografia de Otón III
(Kassel, actual Alemania, 979-Paterno, actual Italia, 1002) Rey de Alemania (983-1002) y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (996-1002). Hijo de Otón II el Rojo, fue coronado a la muerte de su padre, en el 983, con sólo tres años de edad. Durante su minoridad, las emperatrices Adelaida, su abuela, y Teófano, su madre, se encargaron de la regencia con el apoyo de la Iglesia y la nobleza. Tras haber recibido una educación exquisita, con preceptores de la talla de Bernardo de Hildesheim, Adalberto de Praga y Gerberto de Aurillac, fue investido emperador en el 996, a los diecisiete años. Su proyecto político se caracterizó por un intento de renovar el Imperio Romano, no a partir de la tradición carolingia, como habían hecho hasta entonces los otónidas, sino a través de una recuperación de los orígenes del imperio. De esta manera hay que entender el traslado de la sede imperial a Roma, y la utilización de un protocolo y una etiqueta propios de los emperadores romanos. Esta doctrina estaba muy influida por las enseñanzas de sus maestros, en especial Gerberto, a quien elevó al Papado (Silvestre II), y buscaba el restablecimiento de la paz en Italia mediante una nueva distribución del poder entre el emperador y el Sumo Pontífice. El emperador actuaba así como servidor apostólico y defensor de la Iglesia, por lo que tenía potestad sobre los asuntos temporales de la Iglesia, mientras que el Papa se dedicaba a la labor espiritual. En lo referente a la titularidad de los territorios papales, Otón III, conocedor del carácter espurio de la Donación de Constantino, en la cual basaban los papas su autoridad terrenal, decidió poner fin a la ficción y hacer al pontífice beneficiario de la generosidad del emperador, en lo referente a sus posesiones terrenas, como «primer ciudadano del imperio». Para su desgracia, este intento de aunar las tesis cesaropapistas con los planteamientos teocráticos del Papado no fue bien recibido en Italia, y en 1001 estalló una revuelta que dio al traste con sus planes. Un año más tarde fallecía el emperador, y en 1003, el Papa.
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