Biografia de Alfonso XIII
(Madrid, 1886-Roma, 1941) Rey de España (1886-1931). Hijo póstumo de Alfonso XII, su madre, María Cristina de Habsburgo, ejerció la regencia durante su minoridad, período durante el cual se perdieron la guerra contra Estados Unidos y las colonias insulares (1898). Declarado mayor de edad en 1902, fecha en que cumplió dieciséis años, aquel mismo día, el 17 de mayo, juró la Constitución. Su quehacer político, bien distinto del de su padre, Alfonso XII, quien reinó sin entrometerse en los asuntos de gobierno, se caracterizó por su favoritismo hacia los políticos conservadores, a quienes encomendó el gobierno, y por su acercamiento al ejército, del que se erigió en máxima autoridad y en cual que se apoyó en los momentos de debilidad política. El 31 de mayo de 1906 contrajo matrimonio con la princesa británica Victoria Eugenia de Battenberg, y aquel mismo día sufrió un atentado anarquista, del que salió ileso. En 1909, tras las protestas populares contra la represión militar que siguió a las revueltas de la Semana Trágica, perdió su confianza en Maura, a la sazón jefe del gobierno, y lo sustituyó por Canalejas, quien gobernó hasta 1912. Entre tanto, potenció la actividad colonial en Marruecos, donde, en 1912, se consolidó el protectorado español, merced al acuerdo alcanzado con Francia. En 1913 prefirió encomendar el gobierno a Dato, prescindiendo de Maura, líder del Partido Conservador, lo cual aceleró la división en el seno del partido y, a la postre, condujo a su disolución. Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, de la que España se mantuvo alejada, se vio involucrado en el escándalo político derivado del desastre de Annual, al confirmarse las sospechas de que había sido él quien había ordenado al general Silvestre el inicio del ataque. Acorralado y falto de apoyo político, favoreció el golpe de Estado del general Primo de Rivera, quien asumió el gobierno en septiembre de 1923, pero tras la caída en desgracia de éste, y temeroso de la reacción popular, quiso recuperar el espíritu de la Restauración otorgando el poder al general Berenguer. Poco después, sin embargo, las urnas demostraron que el país prefería la opción republicana, por lo que, ante el temor a un enfrentamiento civil, emprendió el camino del exilio, primero en París y posteriormente en Roma, si bien en ningún momento abdicó, sino que se limitó a «suspender el ejercicio del poder real». En 1936 aplaudió el levantamiento del general Franco y, dos semanas antes de morir, renunció al trono y cedió sus derechos a la Corona a su hijo, el infante don Juan.