INTRODUCCIÓN Química
orgánica, rama de la química en la que se estudian el carbono, sus compuestos
y reacciones. Existe una amplia gama de sustancias (medicamentos, vitaminas, plásticos,
fibras sintéticas y naturales, hidratos de carbono, proteínas y grasas) formadas
por moléculas orgánicas. Los químicos orgánicos determinan la estructura de las
moléculas orgánicas, estudian sus reacciones y desarrollan procedimientos para
sintetizar compuestos orgánicos. Esta rama de la química ha afectado profundamente
a la vida en el siglo XX: ha perfeccionado los materiales naturales y ha sintetizado
sustancias naturales y artificiales que, a su vez, han mejorado la salud, han
aumentado el bienestar y han favorecido la utilidad de casi todos los productos
empleados en la actualidad.
La aparición de la química
orgánica se asocia a menudo al descubrimiento, en 1828, por el químico alemán
Friedrich Wöhler, de que la sustancia inorgánica cianato de amonio podía convertirse
en urea, una sustancia orgánica que se encuentra en la orina de muchos animales.
Antes de este descubrimiento, los químicos creían que para sintetizar sustancias
orgánicas, era necesaria la intervención de lo que llamaban 'la fuerza vital',
es decir, los organismos vivos. El experimento de Wöhler rompió la barrera entre
sustancias orgánicas e inorgánicas. Los químicos modernos consideran compuestos
orgánicos a aquéllos que contienen carbono y otros elementos (que pueden ser uno
o más), siendo los más comunes: hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre y los halógenos.
Por ello, en la actualidad, la química orgánica tiende a denominarse química del
carbono. FÓRMULAS Y ENLACES QUÍMICOS
La fórmula molecular de un compuesto
indica el número y el tipo de átomos contenidos en una molécula de esa sustancia.
La fructosa, o azúcar de uva (C6H12O6), consiste en moléculas que contienen 6
átomos de carbono, 12 átomos de hidrógeno y 6 átomos de oxígeno. Como existen
al menos otros 15 compuestos con esta misma fórmula molecular, para distinguir
una molécula de otra, se utiliza una fórmula estructural que muestra la distribución
espacial de los átomos: _Ni siquiera
un análisis que proporcione los porcentajes de carbono, hidrógeno y oxígeno, puede
distinguir el C6H12O6 de la fructosa del C5H10O5 de la ribosa, otro azúcar con
la misma proporción entre sus elementos (1:2:1). Las
fuerzas que mantienen unidos a los átomos en una molécula son los enlaces químicos.
La capacidad del carbono para formar enlaces covalentes con otros átomos de carbono
en largas cadenas y ciclos, distingue al carbono de los demás elementos. No se
conocen otros elementos que formen cadenas con más de ocho átomos. Esta propiedad
del carbono, y el hecho de que pueda formar hasta cuatro enlaces con otros átomos,
explica el gran número de compuestos conocidos. Al menos un 80% de los 5 millones
de compuestos químicos registrados a principios de la década de 1980 contenían
carbono.
CLASIFICACIÓN Y NOMENCLATURA
Las consecuencias de las propiedades
únicas del carbono se ponen de manifiesto en el tipo más sencillo de compuestos
orgánicos, los hidrocarburos alifáticos o de cadena abierta. 1.2.3.1.-
ALCANOS El compuesto más sencillo
de la serie de los alcanos es el metano, CH4. Los siguientes miembros de la serie
son: etano (C2H6), propano (C3H8) y butano (C4H10); la fórmula general de cualquier
miembro de esta familia es CnH2n+2. Para los compuestos que contienen más de cuatro
átomos de carbono, se usan los prefijos numéricos griegos y el sufijo -ano: hexano,
heptano, octano, y así sucesivamente. Sin
embargo, los nombres butano, pentano..., no especifican la estructura molecular.
Por ejemplo, pueden escribirse dos fórmulas estructurales distintas para la fórmula
molecular C4H10. Los compuestos con la misma fórmula molecular pero distinta fórmula
estructural se llaman isómeros. En el caso del butano, los nombres usuales para
los isómeros son el butano normal y el metilpropano (antiguamente isobutano).
La urea y el cianato de amonio también son isómetros estructurales de fórmula
molecular CH4 N2O. La fórmula C8H18
tiene 18 isómeros y la C20H42 tiene 366.319 isómeros teóricos. Por este motivo,
cuando se descubren nuevos compuestos, los nombres poco sistemáticos o triviales
usados comúnmente deben ceder su puesto a nombres sistemáticos que puedan utilizarse
en todos los idiomas. La Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC)
acordó en 1890 un sistema de nomenclatura, y lo ha revisado posteriormente en
numerosas ocasiones para incorporar nuevos descubrimientos. En
el sistema de nomenclatura de la IUPAC, se numera la cadena más larga de átomos
de carbono de forma que los números de las cadenas laterales proporcionen la suma
menor. Las tres cadenas laterales del primer compuesto de la figura 4 están en
los átomos de carbono 2, 2 y 4; si la cadena se numera en sentido opuesto, las
cadenas laterales estarían en los átomos de carbono 2, 4 y 4. Por tanto, el nombre
correcto es 2,2,4-trimetilpentano. _Entre
los hidrocarburos existen también estructuras cíclicas o ciclos, por ejemplo,
la de la familia de los ciclanos o cicloalcanos; el ciclo menor contiene tres
átomos de carbono. La fórmula general de los cicloalcanos es CnH2n, y los nombres
de la IUPAC son consistentes con los de los alcanos. 1.2.3.2.-
ALQUENOS Y ALQUINOS Los alquenos
son isómeros de los cicloalcanos y se representan por la fórmula general CnH2n.
Esta familia de hidrocarburos se caracteriza por contener uno o más dobles enlaces
entre los átomos de carbono. Por ejemplo, el propeno y el ciclopropano son isómeros,
igual que el 1,3-dimetilciclohexano y el 3,4-dimetil-2-hexeno. (La posición del
doble enlace se indica con '2-hexeno'.) Los dobles enlaces también pueden presentarse
en los compuestos cíclicos, por ejemplo, en el á-pineno, un componente de la trementina,
y en la vitamina A. Se suelen utilizar
notaciones simbólicas para escribir las fórmulas estructurales de los compuestos
orgánicos cíclicos. Los vértices de los ángulos de esas fórmulas representan átomos
de carbono. Se sobreentiende que cada átomo de carbono está unido a 2, 1 o ningún
átomo de hidrógeno, dependiendo de si tiene 2, 3 o 4 enlaces, respectivamente,
con otros átomos (normalmente de carbono). Como ejemplo, ver en la figura 8 la
fórmula estructural completa del á-pineno. Los
alquinos o acetilenos, la tercera familia más importante de los hidrocarburos
alifáticos, tienen la fórmula general CnH2n-2, y contienen aún menos átomos de
hidrógeno que los alcanos o los alquenos. El acetileno, HC:CH, que es el ejemplo
más común, se denomina etino en el sistema de la IUPAC. GRUPOS
FUNCIONALES En un alcano, los átomos
de hidrógeno pueden ser sustituidos por otros átomos (de cloro, oxígeno o nitrógeno,
por ejemplo), siempre que se respete el número correcto de enlaces químicos (el
cloro forma un enlace sencillo con los otros átomos, el oxígeno forma dos enlaces
y el nitrógeno forma tres). El átomo de cloro en el cloruro de etilo, el grupo
OH en el alcohol etílico y el grupo NH2 en la etilamina se llaman grupos funcionales.
Estos grupos funcionales determinan la mayoría de las propiedades químicas de
los compuestos. En la tabla adjunta se muestran otros grupos funcionales con sus
fórmulas generales, prefijos o sufijos que se añaden a los nombres, y un ejemplo
de cada clase. ISÓMEROS ÓPTICOS Y
GEOMÉTRICOS La estructura tetraédrica
de los enlaces del carbono dicta algunas propiedades de los compuestos orgánicos
que sólo pueden explicarse por medio de las relaciones espaciales. Cuando cuatro
grupos distintos de átomos están unidos a un átomo de carbono central, pueden
construirse dos moléculas diferentes en el espacio. Por ejemplo, el ácido láctico
(ver figura 9) existe en dos formas; este fenómeno es conocido como isomería óptica.
Los isómeros ópticos o enantiómeros se relacionan del mismo modo que un objeto
y su imagen en el espejo: el CH3 de uno refleja la posición del CH3 del otro,
el OH refleja al OH..., al igual que un espejo colocado ante un guante de la mano
derecha refleja la imagen de un guante de la mano izquierda. Los
isómeros ópticos tienen exactamente las mismas propiedades químicas y físicas,
excepto una: el sentido en que cada isómero gira el plano de la luz polarizada.
El ácido dextroláctico gira el plano de la luz polarizada a la derecha, y el ácido
levoláctico a la izquierda. El ácido láctico racémico (una mezcla 1:1 de ácido
dextroláctico y ácido levoláctico) presenta una rotación cero porque los giros
hacia derecha e izquierda se cancelan mutuamente. Los
dobles enlaces en los compuestos del carbono dan lugar a la isomería geométrica
(que no tiene relación con la isomería óptica) si cada carbono del doble enlace
está unido a grupos distintos. Por ejemplo, una molécula de 2-hepteno puede estar
distribuida en dos formas distintas en el espacio porque la rotación alrededor
del doble enlace está restringida. Cuando los grupos iguales (átomos de hidrógeno
en este caso) están en partes opuestas de los átomos de carbono unidos por el
doble enlace, el isómero se llama trans y cuando los grupos iguales están en la
misma parte, el isómero se llama cis. SATURACIÓN
Los compuestos que contienen dobles
o triples enlaces se llaman compuestos insaturados. Estos compuestos pueden experimentar
reacciones de adición con varios reactivos que hacen que los dobles o triples
enlaces sean sustituidos por enlaces simples. Las reacciones de adición convierten
los compuestos insaturados en saturados. Aunque estos últimos son por lo general
más estables que los insaturados, dos dobles enlaces en la misma molécula pueden
producir menos inestabilidad si están separados por un enlace simple; a estos
dobles enlaces se les llama conjugados. El isopreno, que es la base que forma
el caucho (o hule) natural, tiene esta estructura conjugada, igual que la vitamina
A y el retinal, compuestos importantes en el proceso de la visión. La
conjugación completa en un ciclo de seis átomos de carbono tiene un efecto más
profundo; su influencia estabilizadora es tan fuerte que el compuesto deja de
actuar como insaturado. Es el caso del benceno, C6H6, y la familia de compuestos
cíclicos denominados compuestos aromáticos. De hecho, las propiedades de estos
compuestos son tan distintas, que el símbolo más apropiado para el benceno es
el hexágono de la derecha de la figura 13, y no los otros dos. El círculo dentro
del hexágono sugiere que los seis electrones representados como tres dobles enlaces
conjugados pertenecen a todo el hexágono, y no a los carbonos individuales en
los ángulos del hexágono. En la figura 14 se muestran también otros compuestos
aromáticos. Las moléculas cíclicas
pueden contener átomos de elementos distintos al carbono; se llaman heteroátomos,
y los más comunes son el azufre, el nitrógeno y el oxígeno, aunque se conocen
otros como el boro, el fósforo y el selenio. FUENTES
DE COMPUESTOS ORGÁNICOS El alquitrán
de hulla era antiguamente la única fuente de compuestos aromáticos y de algunos
heterocíclicos. El petróleo era la fuente de compuestos alifáticos, contenidos
en ciertas sustancias como la gasolina, el queroseno y el aceite lubricante. El
gas natural suministraba metano y etino. Estas tres categorías de sustancias naturales
siguen siendo las principales fuentes de compuestos orgánicos en la mayoría de
los países. Sin embargo, cuando no se dispone de petróleo, una industria química
puede funcionar a base de etino, que a su vez puede ser sintetizado a partir de
la caliza y el carbón. Durante la II Guerra Mundial, Alemania tuvo que adoptar
esa solución cuando le fueron cortadas las fuentes de petróleo y gas natural. El
azúcar de mesa procedente de la caña o la remolacha es el producto químico puro
más abundante extraído de una fuente vegetal. Otras sustancias importantes derivadas
de los vegetales son los hidratos de carbono (como la celulosa), los alcaloides,
la cafeína y los aminoácidos. Los animales se alimentan de vegetales y de otros
animales para sintetizar aminoácidos, proteínas, grasas e hidratos de carbono. PROPIEDADES
FÍSICAS DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS En
general, los compuestos orgánicos covalentes se distinguen de los compuestos inorgánicos
en que tienen puntos de fusión y ebullición más bajos. Por ejemplo, el compuesto
iónico cloruro de sodio (NaCl) tiene un punto de fusión de unos 800 °C, pero el
tetracloruro de carbono (CCl4), molécula estrictamente covalente, tiene un punto
de fusión de 76,7 °C. Entre esas temperaturas se puede fijar arbitrariamente una
línea de unos 300 °C para distinguir la mayoría de los compuestos covalentes de
los iónicos. Gran parte de los compuestos orgánicos tienen los puntos de fusión
y ebullición por debajo de los 300 °C, aunque existen excepciones. Por lo general,
los compuestos orgánicos se disuelven en disolventes no polares (líquidos sin
carga eléctrica localizada) como el octano o el tetracloruro de carbono, o en
disolventes de baja polaridad, como los alcoholes, el ácido etanoico (ácido acético)
y la propanona (acetona). Los compuestos orgánicos suelen ser insolubles en agua,
un disolvente fuertemente polar. Los
hidrocarburos tienen densidades relativas bajas, con frecuencia alrededor de 0,8,
pero los grupos funcionales pueden aumentar la densidad de los compuestos orgánicos.
Sólo unos pocos compuestos orgánicos tienen densidades mayores de 1,2, y son generalmente
aquéllos que contienen varios átomos de halógenos. Los
grupos funcionales capaces de formar enlaces de hidrógeno aumentan generalmente
la viscosidad (resistencia a fluir). Por ejemplo, las viscosidades del etanol,
1,2-etanodiol (etilenglicol) y 1,2,3-propanotriol (glicerina) aumentan en ese
orden. Estos compuestos contienen uno, dos y tres grupos OH respectivamente, que
forman enlaces de hidrógeno fuertes.
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