Música, movimiento
organizado de sonidos a través de un continuo de tiempo. La música desempeña un
papel importante en todas las sociedades y existe en una gran cantidad de estilos,
característicos de diferentes regiones geográficas o épocas históricas.
DEFINICIONES CULTURALES
Todas las culturas conocidas han
desarrollado su propia música, pero sólo algunos lenguajes tienen una palabra
específica para ella. En la cultura occidental los diccionarios suelen definir
la música como un arte que trata de la combinación de sonidos -especialmente tonos-
con el fin de producir un artificio que posea belleza o atractivo, que siga algún
tipo de lógica interna y muestre una estructura inteligible, además de requerir
un talento especial por parte de su creador. Resulta claro que la música no es
fácil de definir, aunque históricamente la mayoría de las personas han reconocido
el concepto de la música y acordado si un sonido determinado es o no musical. Sin
embargo, existen áreas con límites indefinidos entre la música y otros fenómenos
sonoros como el habla. Las diferentes culturas difieren en su opinión acerca de
la musicalidad de varios sonidos. Por ejemplo, algunos cantos tribales simples,
un estilo de canto semi-hablado, o una composición creada mediante un programa
informático podrían ser o no aceptados como música por los miembros de una sociedad
o subgrupo dados. Los musulmanes no consideran la entonación del Corán como un
tipo de música, aunque la estructura del canto es similar a la del canto profano.
El contexto social de los sonidos
puede determinar si éstos se considerarán música o no. Por ejemplo, los ruidos
industriales no suelen considerarse música, excepto cuando se presentan como parte
de una composición controlada por un individuo creativo. No obstante, durante
los últimos 50 años, las nuevas estéticas de la música occidental han desafiado
este planteamiento. Compositores como John Cage han producido obras en las que
el oyente es invitado a escuchar música a partir de los sonidos ambientales de
un entorno. También hay diferencia
de opinión respecto a los orígenes y el significado espiritual de la música. En
ciertas culturas africanas está considerada como algo exclusivo de los seres humanos;
entre algunos pueblos indígenas americanos se cree que se originó para comunicarse
con los espíritus. En la cultura occidental, la música se considera algo inherentemente
bueno y agradable.
LA MÚSICA COMO SISTEMA CULTURAL
La música tiene diferentes funciones,
y en algunas sociedades ciertos sucesos serían inconcebibles sin ella. Un estudio
correcto de la música debería contemplar no sólo el sonido musical en sí mismo,
sino también los conceptos que llevan a su existencia, con sus formas y funciones
particulares en cada cultura y con la conducta humana que lo produce. De
manera algo similar al lenguaje, se dice que cada sociedad posee una música -es
decir, un sistema autocontenido dentro del cual tiene lugar la comunicación musical
y que, al igual que el lenguaje, debe aprenderse para poder ser comprendido-.
Los miembros de algunas sociedades participan en varias músicas; por ejemplo,
los pueblos indígenas americanos modernos toman parte tanto de su música tradicional
como de la música occidental en general. 2 Dentro
de cada música pueden coexistir diferentes estratos, que se distinguen por el
grado de aprendizaje (músicos profesionales versus aficionados), el nivel social
(la música de una elite versus la de las masas), el mecenazgo (la corte, la iglesia
o establecimientos públicos comerciales) y la manera de difundirla (oralmente,
por notación o a través de los medios de comunicación). En Occidente y en ciertas
culturas de Asia, es posible distinguir tres estratos básicos. El primero lo forma
la música artística o clásica, compuesta e interpretada por profesionales y que
en sus orígenes estaba bajo los auspicios del mecenazgo de cortes y establecimientos
religiosos; el segundo, la música folclórica que comparten los pueblos -especialmente
en su componente rural- y que se transmite de forma oral; y el tercero, la música
popular, interpretada por profesionales, difundida por la radio, la televisión,
los discos, las películas y la imprenta, y consumida por el público urbano masivo. LOS
SONIDOS DE LA MÚSICA La música, en
su acepción más simple, puede describirse como la yuxtaposición de dos elementos:
el tono y la duración, generalmente llamados melodía y ritmo. La unidad mínima
de organización musical es la nota -es decir, un sonido con un tono y una duración
específicos-. Por ello, la música consiste en la combinación de notas individuales
que aparecen de forma sucesiva (melodía) o simultánea (armonía) o en ambas formas,
como sucede en la mayor parte de la música occidental. MELODÍA En
todo sistema musical, la creación de una melodía implica la selección de unas
notas a partir de un juego preexistente llamado escala, y de hecho es un grupo
de sonidos separados por unos intervalos específicos (las distancias de tono que
separan las notas). Por ejemplo, la escala de la música occidental de los siglos
XVIII y XIX es la cromática, representada por el teclado del piano y sus 12 notas
equidistantes por octava. Los compositores seleccionan, a partir de estas notas,
los sonidos necesarios para producir toda su música. Gran parte de la música occidental
se basa también en las escalas diatónicas -con siete notas por octava, y cuyo
mejor ejemplo son las teclas blancas del teclado del piano-. Las escalas diatónicas
y las pentatónicas -o sea, de cinco notas por octava, como las teclas negras del
piano- son habituales en la música folclórica, y sus notas no son equidistantes. Los
intervalos pueden medirse en unidades llamadas cents, habiendo en cada
octava 1.200 cents. Los intervalos típicos de la música occidental son
múltiples de 100 cents (semitonos), pero en otras culturas musicales también
pueden encontrarse intervalos de alrededor de 50, 150 o 240 cents, por
poner algunos ejemplos. El oído humano puede distinguir intervalos tan pequeños
como de 14 cents, pero no desempeñan un papel significativo en ningún sistema
musical. RITMO El
manejo del tiempo en música se expresa mediante conceptos tales como las longitudes
de las notas y las relaciones entre ellas, los grados relativos de énfasis sobre
las diferentes notas y, particularmente, el compás. La
mayoría de la música occidental está construida sobre una estructura de pulsos
que aparecen de forma regular -es decir, una estructura métrica- que puede ser
explícita (como al golpear el bombo en la música popular y en las bandas de marcha)
o implícita (como suele suceder en la música sinfónica o instrumental). Las tres
medidas o compases más comunes de la música occidental son las unidades de cuatro
tiempos (con el acento principal en el primer tiempo y uno secundario en el tercero),
las de tres tiempos (con acento en el primero) y la de seis (con acento en el
primero y otro secundario en el cuarto tiempo). Por convención, estos compases
se denominan ¹, µ y ½. Sin embargo, se puede encontrar una complejidad mayor en
la música artística del siglo XX, en la música clásica de la India y en los conjuntos
de tambores de África occidental. Es más, una gran parte de la música se estructura
sin un metro regular, como en algunos géneros de la India y el Próximo Oriente,
o en el canto litúrgico cristiano, judío, islámico y budista. OTROS
ELEMENTOS La organización dada a
unos tonos producidos de forma simultánea también es de gran importancia. Dos
o más voces o instrumentos tocando juntos pueden percibirse como si produjeran
melodías independientes aunque relacionadas (contrapunto). El énfasis también
puede estar en la manera en que las notas que suenan de forma simultánea (los
acordes) se relacionan entre sí, así como en la progresión de dichos grupos a
través del tiempo (armonía). 5 El
timbre, o calidad sonora, es el elemento musical que da cuenta de las diferencias
entre los sonidos característicos de las instrumentos musicales. Los cantantes
también poseen una variedad de timbres, cada cual afectado por rasgos como la
tensión vocal, la nasalidad, la cantidad de acentuación y la forma de deslizamiento
tonal de nota a nota. Una de las características
más importantes de la música de todo el mundo es la posibilidad de trasponerla.
Una melodía puede interpretarse en varios niveles tonales y seguir siendo reconocida
como idéntica siempre que se conserven las relaciones interválicas entre las notas.
De forma análoga, casi siempre se podrán identificar como idénticos los patrones
rítmicos, aunque se ejecuten a velocidades (rápido o lento) diferentes. Dichos
elementos de la música se usan para organizar piezas que van desde melodías simples
con una escala de tres notas de sólo unos diez segundos de duración (como en las
música tribales más simples), hasta obras muy complejas, como las óperas o las
sinfonías. La organización de la música implica por lo general la presentación
de un material básico que podrá luego repetirse con precisión o con cambios (variaciones),
alternarse con otros materiales o seguir actuando continuamente para presentar
nuevo material. Los compositores de todas las sociedades han alcanzado, a menudo
de forma inconsciente, un equilibrio entre la unidad y la variedad. Casi todas
las piezas de música contienen cierta cantidad de repetición, ya sea de notas
individuales, de grupos cortos de notas (motivos) o de unidades más largas, como
las melodías o las secuencias de acordes (a menudo llamadas temas). INSTRUMENTOS
Todas las sociedades tienen música
vocal y, con pocas excepciones, todas tienen instrumentos. Entre los instrumentos
más simples están los palos que se golpean entre sí, los palos con muescas que
se frotan, las carracas y las partes del cuerpo que se usan para producir sonido,
como al golpear muslos y palmas. Estos instrumentos simples se encuentran en muchas
de las culturas tribales. En todo el mundo se pueden utilizar como juguetes o
para participar en rituales arcaicos. Algunos instrumentos muy complejos muestran
su flexibilidad no sólo en lo que al sonido se refiere, sino también en cuanto
al timbre. El piano produce la escala cromática desde la nota más grave a la más
aguda de las usadas en el sistema occidental y responde, en cuanto a la calidad
de sonido, a una gran variedad de toques distintos. En el órgano, cada teclado
puede conectarse a voluntad a una variedad de colores tonales. En el sitâr hindú
se usa una cuerda pulsada para la melodía, otras cuerdas similares sirven para
las notas de pedal, mientras que otras producen sonidos fantasmagóricos gracias
a la vibración por simpatía. La tecnología moderna ha utilizado los principios
de la electrónica para fabricar numerosos instrumentos con una flexibilidad casi
infinita. LA CREACIÓN DE MÚSICA Los
individuos crean la música mediante el uso de un vocabulario de elementos musicales
tradicionales. En la composición -el principal acto creativo en música- se considera
nuevo a algo producido mediante la combinación de elementos musicales que una
sociedad reconoce como un sistema. La innovación como criterio compositivo resulta
importante en la cultura occidental, aunque lo es menos en otras sociedades. En
la música occidental, la composición suele ayudarse de la notación; pero en gran
parte de la música popular, especialmente la de culturas folclóricas, tribales
y no occidentales, la composición se realiza en la mente del compositor, que puede
cantar o usar un instrumento como ayuda, y que se transmite y memoriza oralmente.
Los actos creativos de la música también pueden incluir la improvisación, es decir,
la creación de nueva música en el curso de la interpretación. La improvisación
suele ocurrir sobre la base de algún tipo de estructura previamente determinada,
como puede ser una nota o un grupo de acordes; o puede ocurrir dentro de un juego
de reglas tradicionales, como sucede con las ragas de la India o los maqams del
Próximo Oriente, que utilizan ciertos modos. La interpretación, que implica la
relectura personal del músico de una pieza previamente compuesta, tiene un alcance
innovador más limitado. Sin embargo, es posible verla formando parte de un conjunto
al lado de la composición y la improvisación. El
método habitual para recordar y transmitir la música es oral o, más exactamente,
auditivo: la mayoría de la música del mundo se aprende de oído. El complejo sistema
de la notación musical que utiliza la música occidental es, de hecho, un gráfico
que indica principalmente el movimiento del sonido y el tiempo, con una capacidad
limitada para regular otros elementos más sutiles, como el timbre. Las culturas
de Occidente y las de Asia poseen otros sistemas de notación: con nombres para
las notas, con señales que indican posiciones de la mano o dibujando el contorno
aproximado del movimiento melódico. EL
PAPEL SOCIAL DE LA MÚSICA La música
se utiliza en todo el mundo para acompañar a otras actividades. Por ejemplo, se
suele relacionar en todo el mundo con la danza. Si
bien no todos los cantos poseen palabras, la relación entre música y poesía es
tan cercana que muchos creen que lenguaje y música poseen un origen común en los
albores de la historia de la humanidad. LA
FUNCIÓN DE LA MÚSICA La música es
uno de los componentes principales de los servicios religiosos, los rituales profanos,
el teatro y todo tipo de entretenimientos. En muchas sociedades es una actividad
que también puede desarrollarse por sí misma. En la sociedad occidental de finales
del siglo XX, por ejemplo, uno de los usos principales de la música es la audición
de conciertos, de emisiones por la radio o de grabaciones (música en sí misma).
Por otra parte también existe música como parte de un fondo adaptable para actividades
no relacionadas, como el estudio o las compras (la música como complemento de
otra cosa). En muchas sociedades la música sirve como entretenimiento principal
de las cortes reales. En todo el mundo, los músicos suelen tocar para su propia
diversión. En algunas sociedades, no obstante, el uso privado de la música ha
sido formalizado, como en el caso de Suráfrica donde algunos géneros y estilos
especiales están reservados para ser tocados por los músicos para su entretenimiento
personal. Sin embargo, el empleo más
habitual de la música es como parte del ritual religioso. En algunas sociedades
tribales, la música parece servir como una forma especial de comunicación con
seres sobrenaturales. Su uso destacado en los servicios cristianos y judíos modernos
puede ser un remanente de un propósito original como el explicado. Otra función,
menos obvia, de la música es la integración social. Para la mayoría de los grupos
sociales, la música puede servir de símbolo poderoso. Los miembros de muchas sociedades
comparten sentimientos de pertenencia a cierta música. En
realidad, algunas minorías usan la música como un símbolo central de la identidad
del grupo. La música puede servir
también como un símbolo bajo otras formas. Puede representar ideas o eventos extramusicales
(como en los poemas sinfónicos del compositor alemán Richard Strauss), o puede
ilustrar ideas que se presentan verbalmente en las óperas (especialmente en las
del compositor alemán Richard Wagner), en el cine y en los dramas televisivos
y, a menudo, en las canciones. También simboliza los sentimientos y sucesos militares,
patrióticos o fúnebres. En un sentido más amplio, la música puede expresar los
valores sociales centrales de una sociedad. Por ejemplo, el sistema jerárquico
de las castas de la India queda simbolizado en la posición de los intérpretes
de un conjunto. En la música occidental, la interrelación entre el director y
la orquesta simboliza la necesidad, en la moderna sociedad industrial, de una
cooperación fuertemente coordinada entre distintos tipos de especialistas. REGIONES
MUSICALES Cada cultura posee su propia
música. Las tradiciones clásicas, folclóricas y populares de una región suelen
estar muy relacionadas entre sí y son fácilmente reconocibles como parte de un
mismo sistema. Los pueblos del mundo pueden agruparse musicalmente en varias grandes
áreas, cada cual con su dialecto musical característico. Estas áreas son: Europa
y Occidente; el Próximo Oriente y el norte de África; Asia central y el subcontinente
de la India; el Sureste Asiático e Indonesia; Oceanía; China, Corea y Japón; y
las culturas indígenas de América. Todas coinciden vagamente con las relaciones
culturales e históricas, pero resulta sorprendente comprobar que no se corresponden
con las relaciones lingüísticas. 10 La
historia de la música occidental -la más documentada gracias a la notación musical
occidental- suele dividirse por convención en épocas de estabilidad relativa separadas
por cortos periodos de cambios más drásticos. Los periodos aceptados por convención
son la edad media (desde alrededor de 1450), el renacimiento (1450-1600), el periodo
del barroco (1600-1750), la época del clasicismo (1750-1820), el romanticismo
(1820-1920) y el periodo moderno. Otras culturas, aunque menos documentadas, han
experimentado de forma similar cambios y evoluciones (no necesariamente siempre
en la dirección de una complejidad mayor), por lo que incluso las músicas tribales
más simples tienen una historia. Sin embargo, la rapidez de los transportes y
los medios de comunicación en el siglo XX han propiciado la difusión de los estilos
musicales de las distintas áreas geográficas por todo el mundo
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