El
hombre está condenado a ser libre, pero tiene miedo. ¿Miedo
a la libertad, o al placer? Al castigo o a la verdad? Miedo
al otro o a sí mísmo? Miedo a transgredir la regla social o a reconocer sus propias
reglas internas.
Alguna vez el centro del universo, hoy
el hombre se reconoce como una simple pieza del engranaje, de la maquinaria social.
El hombre produce y consume, pero ante todo obedece. El hombre se sujeta a una
serie de convenciones y reglas que le son ajenas, externas, impuestas. Ese
es el conflicto que enfrenta Raskolnikov, el problema del SER. Al
igual que Nietzche, Dostoievsky situa a sus personajes envueltos en una maraña
pequeñoburguesa, hipócrita y cristiana en el peor de los sentidos. Los
personajes del maestro ruso presentan diversos grados de descomposición gregaria;
es la proyección-identificación del sentimiento compasivo por el Cristo crucificado.
En eso ha consistido el negocio de la iglesia cristiana, en vendernos un Cristo
mártir en el que el hombre común identifica sus imposibilidades y conformismos,
su autocompasión y resignación vacuna. El viejo Marmeladov
se ofrece a Raskolnikov como el otro que podría llegar a ser, y que de alguna
forma es; un ser al que su contexto ya le es insuficiente. Un hombre para quien
cumplir con un respetable empleo de burócrata le causa náusea. Entonces la transgresión,
el rompimiento, la disidencia, la evasión sobre todo la evasión.
La propuesta de Marmeladov es practicamente
el suicidio. La embriaguez permanente, la inconformidad, si, pero sin la fuerza
suficiente para...¿para qué? Hacia donde habría que orientar esta indignación
cotidiana del ser social? ¿hacia el arte? ¿es suficiente el arte? ("tienen que
crucificarme, crucificarme y no compadecerme) En algun
lugar de Rayuela, Cortázar señala que la acción social le recuerda a esas
madres latinoamericanas que se llenan de hijos para no hacer nada que valga la
pena con sus propias vidas... En Crimen y Castigo
el sacrificio en aras del otro es una constante en el proceder de los personajes
mas débiles, como coartada para no enfrentar su propia vida. Pulkeria
Raskolnikov prepara y ofrece a Dunia en sacrificio por el bien del hijo menor.
Pero el joven Rodion mas allá del bien y del mal percibe el enrroque y lo rechaza("es
tan penosa la ascención al Gólgota") Sonia se prostituye,
sacrifica su cuerpo a un padre alcohólico y una madrastra neurótica, pero todos
conformes: el sacrificio de los débiles en aras del bienestar de los inválidos. El
nivel de cosciencia Rodion Raskolnikov parece ser mas alto. El golpe mortal encontra
de la vieja significaría un paso decisivo, un rompimiento de reglas y tabues que
le eran impuestos. La vieja es la sociedad, su cabeza
la razón. Ese conjunto de reglas deshonestas que le impiden al hombre jugarlo.
Su oficio de usurera una metáfora de una relación que nos quita mucho mas de lo
que nos ofrece. Pero Raskolnikov es también un producto.
Se distancia para criticar pero duda, duda entre la viscera y el intelecto, entre
el lloro y la acción; siente la culpa del cristiano transgresor. Por
otro lado el distanciamiento Raskolnivkiano, le permite aculturizarse, vacuarse,
alucinar; entrar en un nivel de percepción y observación absolutamente antilógica,
pero igualmente intenso. Tiene sueños, visiones, "casualidades y circunstancias
externas" que son vistas como supersticiones pero no ignoradas."Sus pensamientos
eran extraños, se figuraba estar en el África, en Egipto, en algún oasis" Raskolnikov
no quiere lecciones, ni empleos miserables.No limosnas ni dádivas familiares.
Quiere hacer volar esta realidad que no le da para mas. Pero
una vez cometido el crimen, una vez que todo su ser se ha manifestado, que toda
su energia se ha dirigido en la misma dirección, aparece el rebote la voz de la
moralina que lo posee, la información cultural almacenada en el fondo de su ser
que le impide ,otra vez ,ser libre. Durante el proceso se mueve entre la seguridad
y el miedo. Entre Dios y el Demonio. Mas que la sagacidad
de la policia es el propio sentimiento de culpa quien pierde a Raskolnikov. Es
una voz interna quien suplica castigo. El crimen y el castigo están en su propia
sangre . Son el bien y el mal que todo ser humano porta en las entrañas, y de
los que sólo excepcionalmente se atreve a romper el equilibrio.
|