El proceso industrializador
generado por las naciones desarrolladas que integran el núcleo dinámico del sistema
económico internacional es un tema de fundamental importancia. , después de los
acontecimientos que han transformado el mundo la principal fuente de conflictos
tanto de naciones rica como pobres es la industrialización.
Las transformaciones
afectan tanto a los individuos como a las comunidades y modifican la correlación
de fuerzas entre las naciones, es muy posible que la palabra cambio y sus diversas
variantes sean las que aparecen más a menudo en el discurso, sin importar si éste
proviene de la tribuna de un político o del laboratorio de un investigador. Simultáneamente
a ese sentimiento de continua transformación, se extiende la idea de que ésta
se halla estrechamente relacionada con el avance de la ciencia y la tecnología,
las cuales influyen de manera esencial en la vida de la humanidad.
Si bien esto siempre ha sido así en los últimos tiempos el ritmo del cambio y
la irreversibilidad de sus efectos tienen dimensiones sin precedente en cualquier
época anterior y de que este fenómeno se debe a la extraordinaria aceleración
en el desarrollo científico-tecnológico, necesariamente se generaliza la convicción
de que este alcance provoca transformaciones más amplias y profundas que cualquier
fenómeno político o social no relacionado con él. Este análisis de la industrialización
de las sociedades considera que el paradigma que tienen mayor fuerza explicativa
es el que no la concibe como un proceso lineal, sino que, por el contrario, la
contempla como algo que alterna periodos de continuidad con rupturas. Esta concepción
que reflejada en la categoría de revolución industrial. En esta perspectiva se
considera que el sistema económico mundial ha atravesado por dos revoluciones
industriales y en el presente habiendo agotado la segunda y nos encontramos en
un transito hacia una tercera, se rechaza específicamente la idea de que el proceso
industrializador ha tenido un progreso interrumpido desde la segunda mitad del
siglo XVIII. Hasta el presente.
Cuando se habla de la Revolución
Industrial en singular y como nombre propio se hace referencia a la gigantesca
transformación sin precedente en la historia de la humanidad que entre 1780 y
1850, en menos de tres generaciones cambió el aspecto de la Inglaterra. La revolución
industrial se compone de tres partes que si bien se dan unidas indisolublemente
en un proceso único y en donde cada una de ellas es condición indispensable para
la existencia de las otras, la primera parte está constituida por un conjunto
de innovaciones tecnológicas de gran importancia que generan productos o servicios
nuevos, al mismo tiempo que transforman los procesos productivos incrementando
en forma sin precedente la capacidad de producción. La segunda parte consta de
una serie de transformaciones muy profundas que experimentan las sociedades que
se industrializan y que modifican esencialmente su relación con el entorno natural
que habitan, su sistema económico, su estructura social, sus instituciones políticas
y su ideología tanto en el nivel consciente y radical como en el inconsciente.
El resultado final es el surgimiento de un mundo que se revela como nuevo en todos
los niveles de la actividad social de los hombres y separado por esa brecha insalvable
del que existía antes de la Revolución Industrial. Una de las consecuencias de
concebir la Revolución industrial como un fenómeno planetario que afecto al sistema
económico mundial en su conjunto, es que la fecha que corresponde a su límite
es diferente a las tradicionales que toman como base la transformación de la economía
y de la sociedad inglesas. El progreso técnico es uno de los factores más importantes
del desarrollo económico y una serie de innovaciones tecnológicas es la base de
cada una de las revoluciones industriales. Esta importancia que atribuimos al
progreso tecnológico en el desarrollo no significa que consideremos que constituye
un factor autónomo que determine la evolución de la base económica, el análisis
de la interrelación entre el progreso científico tecnológico y el desarrollo,
el elemento más importante es la distinción entre invento e innovación o cambio
tecnológico por otro. Dentro del
conjunto de innovaciones tecnológicas que provocaron la PRI, tuvo un papel de
primera importancia la maquina de vapor, el examen de cuyo desarrollo arroja mucha
luz sobre la naturaleza de estos procesos y muy especialmente sobre su carácter
estructural. Para mediados del siglo XVIII era preciso importar de los países
escandinavos la madera necesaria para construir los mástiles de los barcos, que
eran la fuente de su prosperidad y poderío. En el campo energético, la solución
era emplear el carbón mineral para sustituir la madera. Pero este proceso sustitutivo
presentaba un nuevo reto, el de desarrollar una tecnología que permitiera bombear
el agua de minas cada vez mas profundas.
El desarrollo de la metalurgia fue otro elemento indispensable en la conformación
de la PRI. Este avance esta estrechamente vinculado y guarda muchos paralelismos
con el de la maquina de vapor. Otro elemento que vino a complementar la estructura
de innovaciones fue el avance registrado, en la misma época, en la fabricación
de maquinas y herramientas. Durante dos o tres siglos, el uso de este equipo se
había difundido en los talleres, y a mediados del siglo VXIII la mayoría de los
procesos de maquinado de metales, torneado, perforado, fresado, forjado, etc.,
eran ya conocidos. Sin embargo, la capacidad del equipo utilizado era todavía
muy limitada, por lo que se dedicaba a la producción de pequeños objetos de arte,
piezas de relojería o instrumentos de precisión.
El avance industrial solo seria factible si se disponía de máquinas herramienta
con capacidad para maquinar objetos de metales duros de grandes dimensiones y
con un grado de precisión satisfactorio.
El conjunto de innovaciones descrito conforma la estructura de la industria pesada
sobre la que se levanta otra estructura correspondiente a las industrias de bienes
de consumo, entre las que destacan los textiles. El desarrollo de la industria
textil en el siglo XVIII presenta un complicado panorama en el que se combinan
técnicas muy antiguas heredadas del medioevo con tecnologías de punta, y las artesanías
tradicionales del trabajo domestico coexisten con los modernos establecimientos
fabriles. La industria textil siempre ha tenido tres sectores diferenciados: el
hilado, el tejido y la coloración, cada uno con especificidades propias en tecnología
y organización que requieren un examen atento para comprender las trasformaciones
de la PRI en esta actividad primordial.
El tercer elemento en los fabricantes de textiles, la coloración, exigió igualmente
de un progreso tecnológico importante. Una etapa crucial en este proceso era el
llamado souring, consistente en remojar el tejido por unas 48 horas en un ácido
suave, usualmente suero de leche, e incluso ya desde antes de que ocurriera el
progreso reseñado en el hilado, la escasez de esta materia prima formaba una barrera
para el incremento de la producción. El primer avance importante en este campo
fue el uso del ácido sulfúrico para realizar el proceso. Estas innovaciones en
el campo de la química resultaron tan importantes para el desarrollo de la industria
textil como los avances en el hilado y el tejido que ya hemos examinado. Como
puede apreciarse, esta industria se desarrollo con base en una estructura de innovaciones
tecnológicas que a su vez esta vinculada a otra estructura similar que servia
de armazón a la industria pesada. Las innovaciones tecnológicas que caracterizan
la PRI permitieron a la industria textil inglesa de la lana continuar su crecimiento,
el cual se habría estancado victima de las barreras.
Inglaterra contaba con una poderosa palanca para su desarrollo económico: facilidades
naturales para el establecimiento de un sistema de transporte eficiente. Se trata
de una isla de dimensiones moderadas u cuya forma recortada hace que ningún sitio
este muy distante del mar, a lo cual se agrega la existencia de ríos navegables,
con esta base ofrecida por la geografía se estableció un sistema de transportes
fundamentado en la navegación de cabotaje y fluvial que posibilito el crecimiento
de la economía inglesa hasta mediados del siglo XVIII. El primer ferrocarril que
fue el que vinculo Manchester con Liverpool, inició sus operaciones en 1830, pero
este hecho fue la culminación de un proceso que se inicio siglos a tras, en efecto
los ferrocarriles implican varias innovaciones tecnológicas.
Después que se inicio el estudio de la PRI en la segunda mitad del siglo XIX,
las formas de entenderla que se han presentado s agrupan en grande categorías:
en primer lugar tenemos la escuela que la entiende como un gran cambio social
que implico una transformación de la forma en que tenían lugar las transacciones
económicas entre los hombres, así como el surgimiento de mercados impersonales
tanto de los bienes de consumo como de los factores de producción. En segundo
termino tenemos una escuela cuya atención se centra en la organización industrial,
esto es, en la naturaleza de los procesos de trabajo que con la PRI vienen a ser
dominados por el sistema fabril, en tercer lugar aparece la escuela de análisis
macroeconómicos cuyo examen privilegia el comportamiento de las grandes variables
como el ingreso nacional, la tasa de formación de capitas, etc., todo ello en
un elevado nivel de agregación.
Una parte de suma importancia de las tesis que presentamos sobre las revoluciones
industriales es que tanto la primera de ellas como las dos subsecuentes, no son
fenómenos circunscritos a un Estado-nación, en Inglaterra y después en otros países
se construyeron instalaciones industriales, pero no hubieran podido funcionar
sin un abastecimiento continuo y en gran escala de materias primas, apertura de
amplios mercados para sus productos, etc., y para estos elementos se materializan
en la proporción necesaria se requirieron grandes transformaciones en todo el
mundo. Otro aspecto de esta profunda
transformación es el surgimiento de lo que ha sido llamando el sector moderno
de la economía, la revolución industrial implica que los sectores modernos alcancen
una posición rectora dentro de la estructura productiva. La importancia que tienen
las innovaciones y las directrices concretas del proceso de formación de capitales
no conduce a señalar el papel esencial que en ambas áreas tuvieron los empresarios
ingleses durante la PRI, en algunas ocasiones los inventores y los empresarios
eran las mismas personas, lo que facilitaba la labor tanto de invención como la
de traducir. Durante el siglo XVIII
también prosiguieron las transformaciones internas de la estructura socioeconómica
inglesa, entre los cambios más importantes están los operados en la agricultura,
los cuales incluyeron la consolidación de grandes unidades productivas, la incorporación
al cultivo de tierras antes improductivas y comunales, la transformación de campesinos
de subsistencia en obreros agrícolas y un gran incremento de la productividad
vinculado al uso de nuevas técnicas de producción, entre las que se encuentran
avancen en los métodos de labranza, empleo de nuevas herramientas, formas novedosas
de rotación de cultivos y una asociación más eficiente entre la agricultura y
la ganadería. Se puede sintetizar lo examinado afirmando que el proceso industrializador
que transformo la sociedad inglesa a partir de la segunda mitad del siglo XVIII
es en realidad la prolongación de un proceso mucho más largo que se extiende por
más de cuatro siglos y el cual opero cambios profundos en las relaciones de esa
sociedad con el entorno natural, en su estructura económica y social, en la naturaleza
del poder político y en las ideas y sentimientos que dominaban en ella.
La segunda etapa del proceso industrializador inglés comienza hacia 1830 cuando
se inicia la construcción de la red de ferrocarriles británicos; tiene un primer
auge de inversión acelerada entre 1835 y 1837 y alcanza su apogeo con la gigantesca
manía ferroviaria que tiene lugar entre 1845 y 1847 de manera que para 1850 la
red y estaba tendida en sus aspectos principales. El proceso de industrialización
de Francia, Alemania y Estados Unidos, así como la construcción de los sistemas
ferroviarios que tan importante papel desempeñan en esa transformación, repercutieron
en Inglaterra al generar una demanda de bienes de capital que las industrias domesticas
de aquellas naciones no podían satisfacer, durante estos años la delantera que
la industria inglesa poseía tanto en capacidad productiva como en desarrollo tecnológico
convirtieron a Inglaterra en el taller del mundo.
La expansión de la PRI a Francia, Alemania y Estados Unidos hizo que las naciones
energéticas de estos países crecieran en forma acelerada, al igual que en el caso
ingles, la demanda de energía de esas naciones fue satisfecha potenciando la producción
carbonífera. Los primeros intentos de introducir las innovaciones tecnológicas
de la PRI en la estructura productiva francesa datan del siglo XVIII, pero el
proceso fue lento y en pequeña escala, el periodo de la revolución y el imperio
fue de estancamiento para débil proceso de industrialización y al terminar dicha
etapa en 1815 se habían fabricado pocas fabricas y estas eran de modelos obsoletos
que sufrían de un rezago tecnológico de 30 años en relación con Inglaterra, durante
estas décadas la industria francesa lucha contra una inclinación de los empresarios
a mantener pequeños los negocios a fin de conservar su control. Se siente aversión
a introducir a extraños en lo que se consideraba un dominio exclusivo de la familia.
El avance del proceso industrializador refleja cambios en todos los niveles de
la productividad social: hacia 1850 disminuyeron los prejuicios contra la gran
empresa y el miedo a las innovaciones tecnológicas, comenzaron a utilizarse nuevas
formas para movilizar grandes capitales, como la sociedad anónima y el capital
bancario dio apoyo decidido a la expansión de las empresas industriales.
Varios factores específicos de la industrialización alemana explican su notable
dinamismo, uno de ellos fue la participación de los bancos en la expansión de
la industria, el sistema bancario suministro los grandes capitales necesarios
para un rápido desarrollo industrial, estableciendo una verdadera simbiosis entre
banqueros y empresarios industriales. Los Estados Unidos tuvo unos orígenes modestos
en la colonización inglesa de la costa atlántica de Norteamérica en el siglo XVII,
la sencillez de ese inicio no debe ocultar el hecho de que en el se hallaban presentes
algunos de los elementos que harían posible el futuro proceso industrializador.
La colonización de la Nueva Inglaterra, nombre que se aplico a las colonias septentrionales,
tuvo su principal impulso en las luchas religiosas y sociales que agitaron a la
sociedad inglesa durante el reinado de los primeros Estuardo.
El sistema económico mundial se transformo durante el siglo XVI, cuando los europeos
desarrollaron una tecnología de navegación oceánica que, formando un conjunto
con varias innovaciones, permitieron su integración. Su principal mecanismo integrador
que daba una cohesión siempre creciente al sistema económico mundial era el comercio
internacional, cuyo dinámico crecimiento no tenía precedente en la historia.
La segunda revolución industrial es un proceso que tiene los tres grandes componentes
de la primera: es la formación de una estructura de innovaciones tecnológicas,
un cambio estructural global de la sociedad y una metamorfosis del sistema económico
mundial se configura en torno de la maquina de combustión interna, el vehículo
automotor que aplica aquella al transporte. Implico nuevas relaciones con el entorno
natural, incluyendo formas novedosas de distribución geográfica de la población
y de las diversas actividades humanas, establecimiento de la empresa gigantesca
como el elemento dominante de la estructura económica, crecimiento de nuevas ramas
industriales y nuevas formas de operar para el sector financiero, alteración en
los patrones de interdependencia económica entre las naciones, surgimiento de
instituciones supranacionales de nuevo tipo, mutaciones rápidas de las ideológicas
dominantes y formación de complejos mecanismos inconscientes producto de vivencias
extraordinarias. Los cuatro elementos fundamentales impuestos por la SRI al mundo
son: la concentración del capital, su internacionalización, el cambio en el proceso
de trabajo y la intervención masiva del Estado en prácticamente todos los aspectos
de la vida social, a esto se añade la conformación de una nueva base energética.
La nueva sociedad industrial esta
caracterizada por la división de la estructura económica en dos sectores asimétricos;
uno tradicional formado por millones de pequeñas empresas que compiten por sobrevivir
en una mercado que determina, fuera de su control, sus condiciones de operación
y un sector moderno integrado por un número pequeño de gracias empresas cuyo dominio
sobre las condiciones en que operan les permite controlar el mercado, este sector
es el que dinamiza y determina la totalidad de la economía. Las características
de la estructura competitiva son la facilidad de entrada al mercado para nuevos
oferentes, el gran número de estos y la ausencia de control sobre una porción
significativa del mercado por cualquier oferente individual o grupo reducido de
ellos. La gran concentración de capital es resultado del efecto combinado de dos
conjuntos de factores: los mecanismos de la competencia y las direcciones de la
evolución tecnológica que se caracterizan el proceso industrializador.
La consolidación de mercados cada vez más extensos como consecuencia del extraordinario
avance de las comunicaciones y los transportes que caracteriza la sociedad industrial,
hace que el aislamiento que antes permitían sobrevivir al productor ineficiente
haya tendido a reducirse cada vez más hasta parecer en la práctica. Los vendedores
son empresas cada vez mayores, ya que absorben las ampliaciones del mercado producidas
por el crecimientito economito así como las porciones del mismo que pertenecían
a competidores vencidos en esta lucha. Las economías escala son uno de los mecanismo
con mayor influencia en la concentración, las condiciones tecnológicas de operación
de una fábrica de grandes dimensiones generalmente han implicado que el costo
de producción por unidad descienda a medida que el volumen producido aumenta,
un factor para lograr este resultado es la división técnica del trabajo, la cual
a medida que avanza permite incrementar la productividad. La división técnica
del trabajo permite el uso de equipo especializado de gran eficiencia que provoca
el descenso de los costos. La gran
empresa en que se materializa la concentración del capital tiene dos funciones
durante la SRI: permitir tanto la inversión de los extraordinarios excedentes
economitos generados por las sociedades industrializadas, el uso de muchas de
las innovaciones tecnologías logradas en el siglo XX, ya que sin la empresa gigantesca
no habrá podido realizarse la SRI. Fue en los ferrocarriles donde se formaron
las primeras concentraciones de capital, ya una empresa ferroviaria requiere de
enormes inversiones para el tendido de vías y la construcción de edificios para
terminales, bodegas y estaciones intermedias, además del material rodante, furgones,
coches de pasajeros, locomotoras, etc.
El desarrollo armónico y continuo de una economía requiere de un equilibrio entre
diversos elementos macroeconómicos de carácter dinámico que dada su naturaleza
autónoma, solo se consigue temporalmente, entre estos elementos están el excedente
económico y la inversión. En la industrialización de otras naciones también las
empresas ferroviarias desempeñaron esa misión estratégica de ofrecer oportunidades
de inversión. La SRI se dio en el periodo de 1895 a 1914 que corresponde a la
revolución organizativa de la estructura industrial estadounidense en corporaciones
cuya propiedad esta representada por valores cotizados en el mercado bursátil,
la estratégica industria siderurgica ilustra bien le proceso concentrador, pues
el imperio financiero de Morgon creó la gigantesca U. S: Eteel Corpotarión mediante
a fusión de 165 compañías que controlaban 60% del mercado total del acero. La
fusión de fabricantes de equipo eléctrico produjo la General Electric, que ya
en 1900 compartía su mercado con un solo competidor la Westinghouse.
Es en el siglo XX cuanto la internacionalización de las operaciones del capital
en sus tres variaciones, capital mercantil, capital de préstamo y capital productivo,
alcanza un desarrollo tal que se constituye en unos de los grandes componentes
de la SRI, reestructurando el sistema económico mundial, entre 1896 y 1913 el
comercio mundial tuvo un desempeño muy dinámico. Estados Unidos y Alemania se
situaran como los dos países lideres, tanto cuantitativa como cualitativamente
durante la SRI, la industria estadounidense mantenía una posición de vanguardia
en la implementación de los nuevos procesos de fabricación masiva, mientras que
la alemana se distinguía al elaborar productos químicos.
Una característica del sistema constituido por la economía mundial era su equilibrio
que se lograba a través de una complicada estructura de triangulaciones, pago
de servicios como fletes, seguros, así como otros mecanismo que compensaban los
déficit comerciales. La Gran Bretaña tenía una balanza comercial fuertemente deficitaria,
pero tenia una serie de flujos invisibles de intereses, primas de seguro, etc.
, cubrían la brecha y hacían de la economía británica un factor de estabilidad.
Para Francia y Alemania también tenía un comercio externo deficitario, aunque
en menor medida, compensaban sus déficit en forma similar.
La primera Guerra Mundial significo una gran perturbación para el sistema económico
internacional, la irracionalidad de la guerra y del terrible daño que causo a
Europa que como consecuencia perdió la hegemonía del mundo que había tenido desde
el siglo XVI, entre 1914 y 1929 indica que el crecimiento de la producción se
desaceleró en comparación con décadas anteriores, pero también se puede ver que
a partir de 1925 en Europa la industria creció generando un periodo de prosperidad
calificado como boom. Aldcroft dice que el principal obstáculo que enfrentan las
naciones no era la destrucción causada por la guerra, sino la dislocación del
sistema económico mundial, el colosal esfuerzo por los beligerantes incluyo el
uso de mecanismo destructivos par la estructura económica preexistente.
A partir de 1929, el sistema económico mundial sufrió una gran crisis que inundo
al mundo en una depresión muy severa, la cual en muchos aspectos se prolongaría
hasta la segunda guerra mundial, la crisis fue anunciada por el crac de la Bolsa
de Valores de Nueva York en octubre de 1929 que tuvo efectos de alcance planetario.
Los precios de los valores bursátiles se elevaron desde principios de 1928, acompañado
de predicciones sobre aumentos indefinidos en los pecios de los calores y de prosperidad
ilimitada, las advertencias de algunos observadores contra los excesos especulativos
fueron ignorados.
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