A fines del siglo XV la Corona de Castilla aprueba el proyecto colombino de navegación
del Océano Atlántico hacia el Occidente como parte de la expansión en que se encontraba
empeñada España y que incluía la búsqueda de oro y especies y de una ruta hacia
las Indias Orientales.
Las primeras tierras descubiertas fueron las de las Antillas
y confundidas por Colón con tierras asiáticas. A pesar de esta confusión geográfica
que se mantuvo hasta la primera década del siglo XVI, las Antillas fueron integradas
como parte de los territorios que constituían el área de explotación europea de
fines del siglo XV. La primera fundación en las Antillas
fue la ciudad de Santo Domingo, que se convirtió en el núcleo de la primitiva
ocupación española de América organizándose como factoría comercial bajo la administración
colombina. Conflictos originados por la lucha de intereses privados y estatales
promovieron el reemplazo de Colón y la transformación de la factoría en colonia
bajo la administración posterior. La experiencia de colonización en Santo Domingo,
del mismo modo que la realizada anteriormente por España a mediados del siglo
XV en las Canarias, resultó el primer ensayo de conquista y colonización española
en América. Allí surgieron los puntos de partida de la administración colonial
(cabildos, audiencias) que más tarde serían trasladadas al continente. La
dócil población aborigen antillana que practicaba una economía de plantadores,
fue sometida a un duro régimen de trabajo, ya sea mediante la esclavitud generalizada
o bien e través del sistema de encomiendas. La incesante búsqueda de oro y la
explotación de yacimientos auríferos conseguidas mediante el abuso de la mano
de obra aborigen, condujo a un rápido y abrupto descenso demográfico en Santo
Domingo, Por consiguiente se impulsó la conquista de islas cercanas (Cuba, Puerto
Rico, Jamaica) como fuente potencial de mano de obra. Hacia 1530, el agotamiento
de los yacimientos auríferos y la despoblación indígena tuvo como consecuencia
la introducción de esclavos provenientes del África. Desde mediados del siglo
XVI las Antillas se especializaron en la producción de cultivos tropicales y en
la ganadería. La introducción de la caña de azúcar favoreció el desarrollo de
las plantaciones, que consistían en grandes explotaciones trabajadas por mano
de obra esclava. Estas nuevas unidades económicas, que encontrarán su mayor desarrollo
en los siglos XVII y XVIII, orientaron su producción al mercado europeo.
DARIÉN El
descubrimiento del Darién, región comprendida entre el Golfo de Urabá y el Istmo
de Panamá, fue el resultado de expediciones con fines mercantiles y de exploración
iniciadas a principios del siglo XVI. Desde 1509 la Corona
impulsa la conquista del área, considerada potencialmente rica en oro y esclavos.
Conflictos provocados por luchas internas entre las huestes conquistadoras sumados
a una tenaz resistencia indígena, provocaron una ocupación inestable de la región.
El descubrimiento del Mar del Sur (Océano Pacífico) en 1513, impulsó la búsqueda
de una vía de acceso marítimo más rápida que conectara el Atlántico con el Pacífico,
expediciones que realizarán posteriormente Solís y Magallanes. El
núcleo de la conquista y colonización de la costa atlántica trasladó al interior
y posteriormente se fundó la ciudad de Panamá sobre la costa del Pacífico, desde
donde se realizó la expansión hacia América Central Ístmica y hacia Perú. A
partir de ese momento Panamá cobra importancia como asiento de puertos intermediarios
en el tráfico comercial de América y España, puerto que allí se concentraban fundamentalmente
las exportaciones de metales preciosos peruanos que se transportaban por rutas
terrestres hasta alcanzar la región de puertos del Caribe. MÉXICO Expediciones
privadas de exploración y conquista que tuvieron por base a la isla de Cuba llevaron
a cabo el descubrimiento del estado Azteca en 1a segunda década del siglo XVI. Los
Aztecas constituían un pueblo que había comenzado su expansión desde el Valle
de México un siglo antes de la llegada de los europeos y que estaban intentando
estabilizar una unificación política sobre muchas otras poblaciones de alto desarrollo
cultural. En el área mesoamericana se dieron las primeras comunidades agrícolas
y un rápido desarrollo arquitectónico y artesanal desde el segundo milenio a.C. La
dominación azteca, si bien mantuvo intactas algunas autonomías administrativas
en las poblaciones sometidas, fue resistida sobre todo por las onerosas exigencias
tributarias. En ese sentido la llegada de los españoles ofreció una oportunidad
de independencia a esas comunidades que se negaban a someterse al estado militarista
azteca. El éxito de las técnicas militares españolas y el
apoyo de los pueblos descontentos con el dominio azteca provocaron el derrumbe
del estado azteca. Inmediatamente los españoles organizaron un rápido dominio
del área cultural azteca y de una numerosa población indígena que posteriormente
fue repartida como recompensa militar entre los miembros de las huestes conquistadoras.
La experiencia previa de la colonización en las Antillas favoreció el traslado
a México de la encomienda corno institución de trabajo indígena para la explotación
agrícola, minera y manufacturera, adaptándola a la nueva situación cultural y
demográfica. La exploración minera se inició tempranamente
y se caracterizó por la gran dispersión de sus yacimientos ubicados en su mayoría
fuera de los límites del antiguo imperio Azteca. A diferencia del caso peruano,
en México se generalizó el trabajo indígena pago, limitando el servicio de trabajo
obligatorio de los indígenas a un número reducido de actividades mineras. En
cuanto a la agricultura durante el siglo XVI sobrevivieron las mismas formas técnicas
de explotación indígena prehispánicas pero se alteraron especialmente las estructuras
económicas en cuanto a que los españoles exigieron una intensificación de la producción
e impusieron reglas económicas distintas a las que tenían vigencia durante el
período prehispánico. Poco tiempo después comenzó la diversificación
de la economía mexicana convirtiendo a Nueva España en el área más rica de toda
América española: nuevos recursos económicos se explotaron en forma intensiva
como la cría de ganado ovino y del gusano de seda, 1a instalación de ingenios
azucareros, la difusión de la industria de paños para el consumo local, el cultivo
de plantas tintóreas (cochinilla). En el siglo XVII comenzó
a desarrollarse la hacienda como nueva unidad económica. Las haciendas, ingenios
y obrajes se sostuvieron con mano de obra indígena que fue reinstalada de acuerdo
a la localización de estos centros de producción y retenida en los mismos a través
del endeudamiento (peonaje). En Nueva España se dio un particular
crecimiento del urbanismo (Valle de México, Puebla, Veracruz) y una magnífica
arquitectura urbana colonial se desarrolló en los mismos. Estos centros urbanos
fueron también grandes centros económicos en los que se concentraban las fortunas
y a la vez resultaron activos mercados internos. VENEZUELA El
extenso litoral marítimo venezolano fue recorrido desde fines del siglo XV por
expediciones que alentadas por la existencia de abundantes bancos de perlas y
la caza de esclavos de tribus caribes, frecuentaron el área por más de treinta
años con fines mercantiles. La mayor parte de la población aborigen que ocupaba
las costas pertenecía a los grupos caribes quienes practicaban la antropofagia,
motivo por el cual la Corona justificó su captura como esclavos. El
difícil panorama que presentaba el sometimiento de los caribes y diversos compromisos
contraídos por la Corona española en Europa indujeron a la dirección de la conquista
y colonización de Venezuela a la familia de banqueros Welser, de origen alemán,
representando esta área un caso atípico en el contexto de la conquista hispanoamericana.
Encarada como una empresa puramente comercial, el gobierno de los Welser en Venezuela
no condujo a su colonización, limitando su acción a la explotación económica de
la región de Coro y a la explotación del occidente venezolano y del este de Colombia. Recién
desde mediados del siglo XVI la Corona retoma una política de ocupación definitiva
especialmente en la región central. Los fértiles valles costeros, con una numerosa
población indígena no belicosa y por lo tanto fácilmente encomendable permitieron
el establecimiento de ciudades que aseguraron la colonización de esos territorios.
Sin embargo, quedaron desocupadas extensas áreas hacia el sur y hacia el este.
Esta discontinuidad en la ocupación territorial se mantuvo hasta el siglo XIX. COLOMBIA Desde
comienzos del siglo XVI empresas comerciales para la caza de esclavos indígenas
exploraron las costas atlánticas colombianas pero el interés colonizador de la
región sólo surgió a partir de 1525 con la fundación de dos ciudades sobre la
costa del Caribe: Santa Marta y posteriormente Cartagena. La obtención de oro
en sepulturas indígenas cercanas a la costa y mediante el comercio con los aborígenes
pusieron de manifiesto la existencia de ricas culturas en el interior del continente.
La difícil penetración hacia el interior a causa de los obstáculos que presentaba
1a geografía se realizó a través de dos grandes vías: el valle del Magdalena y
el del Cauca. Una expedición partiendo de Santa Marta exploró el río Magdalena
y desembocó en la aislada meseta de Bogotá en pleno territorio de comunidades
chibchas. Tras el rápido sometimiento de las mismas se produjo el encuentro con
huestes que provenientes de Venezuela y Quito decidieron la fundación de Santa
Fe de Bogotá núcleo de la colonización de Colombia. Otra expedición también partiendo
del Magdalena se desvió para explorar el valle del Cauca sin que se realizaran
asentamientos definitivos. La necesidad de vincular Quito
con Bogotá promovieron la fundación de Popayán y Cali que se convirtieron en puntos
intermedios entre la meseta de Bogotá y el área de Quito. La exploración del
área del interior de Colombia en búsqueda del Dorado no se detuvo hasta fines
del siglo XVI. En consecuencia Colombia resultó un área
de escasa cohesión territorial (costas del Caribe y del Pacífico, valles del Cauca
y Magdalena, meseta de Bogotá , región selvática meridional y oriental) manteniéndose
la desocupación de vastos territorios y 1a concentración de la escasa población
principalmente en la costa y la meseta de Bogotá hasta el siglo XIX. La gran riqueza
aurífera concentrada en las regiones del Atrato y el Alto Cauca fue explotada
desde el siglo XVI y fue su principal recurso económico hasta mediados del siglo
XIX. PERÚ Como en el caso de
la conquista de México, la conquista del Perú respondió al interés privado de
huestes que se asociaron para emprender la búsqueda de metales preciosos. En el
caso de México se tornó como base a las Antillas y en este caso a Panamá. Confirmadas
las informaciones sobre la existencia de un gran estado indígena al sur de Panamá
en el área andina, la conquista se realizó desde 1531. El área andina estaba ocupada
por pueblos de alto grado de desarrollo tecnológico desde mucho tiempo atrás,
cuyos inicios se remontan al segundo milenio a.C. , momentos en que aparecen las
primeras aldeas de agricultores que van a localizarse en los valles costeros y
en las tierras altas. A lo largo de 3500 años estos pueblos fueron desarrollando
sobre una misma base cultural distintas sociedades con marcadas particularidades
regionales. Uno de estos pueblos, los Incas, comenzaron una rápida expansión política
desde el valle del Cuzco a partir del siglo XV y que fue interrumpida por la llegada
de los españoles. La rápida victoria militar española, obtenida
por la debilidad del estado incaico conmovido en esos momentos por luchas internas
y también por la superioridad bélica hispánica, permitió la inmediata sustitución
de la administración de los Incas por la española. Durante
el primer siglo de dominación hispánica la agricultura intensiva, base de la economía
de autosuficiencia de la población indígena, no se interrumpe pero se inicia una
intensiva explotación minera que va a proveer de grandes cantidades de metales
preciosos a Europa. El reparto de mano de obra indígena encomendada a particulares
constituye la primera etapa de la colonización del Perú la principal fuente de
recursos económicos de los conquistadores. Los encomenderos, apoyándose en la
organización indígena preexistente canalizan esa mano de obra hacia la producción
de manufacturas (tejidos, metalurgia, etc.). De este modo se constituye una aristocracia
encomendera que durante el siglo XVI se afianzó política y económicamente a costa
de cruentas guerras civiles. La necesidad de aliviar tensiones
sociales provocadas por esas luchas internas condujeron al desplazamiento de huestes
descontentas hacia áreas marginales del antiguo imperio incaico: Chile y Tucumán.
La incorporación de Tucumán y Chile afianzan la seguridad del Perú mediante la
extensión de la frontera meridional y la fundación de ciudades en esos territorios.
En cuanto al área del Tucumán , su conquista se incluyó tempranamente dentro
del proceso de ocupación del área andina. Tucumán se desarrolló como área intermedia
entre el Atlántico y los principales centros mineros del Perú siendo su principal
función económica la de proveer de alimentos, transporte (mulas) y manufacturas
a esos centros, en especial los localizados en el Alto Perú. A
partir de 1650 dentro de toda el área andina se produce una transformación social
y económica debido por una parte, a los intentos de supresión de la encomienda
que desde comienzos de la colonización se opone la Corona (Leyes Nuevas) y por
otra parte, debido a la gran despoblación aborigen provocada por las nuevas formas
de vida impuestas y las epidemias. En esta misma época comienza la valorización
de la tierra y la mano de obra indígena adquiere un valor económico aún mayor
que en la etapa de la organización del sistema de encomiendas, constituyéndose
las haciendas como nuevas unidades económicas en el Perú. CHILE La
conquista de Chile está vinculada con el proceso de incorporación territorial
que siguió 1a conquista del Perú. En 1540 grupos de huestes hispánicas residentes
en el Perú emprendieron la conquista de Chile, alentadas por la difusión de la
leyenda del Reino del Rey Blanco, en búsqueda de metales preciosos. Posteriormente
estas huestes comprobaron la ausencia de grandes cantidades de metales pero en
su lugar encontraron una organizada resistencia indígena. En
consecuencia Chile representa un caso de pura conquista militar. La guerra contra
los araucanos dio caracteres epopéyicos a los intentos españoles por imponerse
en un dilatado y poco accesible territorio. Este hecho condicionó profundamente
el poblamiento de Chile realizado sobre la base de la fundación de ciudades que
resultaron verdaderos fuertes o enclaves militares y que quedaron muy aislados
entre sí. Por lo tanto, la dispersión de las fuerzas españolas condujo a una conquista
extensiva y poco segura, a tal punto que se puede decir que el área chilena recién
alcanzó su estabilidad en el siglo XIX. La falta de vinculación entre las ciudades-fuertes
sumado al aislamiento geográfico del área con respecto a1 Alto Perú y el Atlántico
promovieron a mediados del siglo XVI la incorporación de las regiones de Tucumán
y Cuyo a la gobernación de Chile. E1 intento de avanzar sobre el Tucumán fue rechazado
por huestes hispánicas procedentes del Alto Perú y en consecuencia Chile sólo
retuvo bajo su jurisdicción el área de Cuyo. Cuyo proveyó
de ganado y mano de obra indígena a las demandas de los centros mineros ubicados
del otro lado de la Cordillera, y cuya incipiente producción metalífera se había
iniciado a mediados del siglo XVI. RÍO DE LA PLATA E
INTERIOR DEL LITORAL El descubrimiento del Río de la
Plata a comienzos del siglo XVI se vincula con la búsqueda del paso interoceánico
que condujera a las Indias Orientales. Diversas leyendas difundidas en la región
le atribuyeron supuestas riquezas metalíferas, realizándose los primeros intentos
de conquista en la tercera década del siglo XVI. El fracaso
de este primer poblamiento por la carencia de metales y de mano de obra indígena
dócil y abundante convirtieron al Río de la Plata en un área marginal dentro del
contexto colonial hispanoamericano. Simultáneamente, Asunción nucleaba el poblamiento
español, alentado por la facilidad de acceso a una numerosa población indígena. La
vinculación de la ciudad de Asunción con el Atlántico se hizo imperiosa para su
propio progreso: las fundaciones de Santa Fe y de Buenos Aires, aseguraron la
ruta comercial con España y al mismo tiempo frenaron el avance de las huestes
que, desde Córdoba, intentaban también una salida hacia el Atlántico. MISIONES
JESUÍTICAS Diversas ordenes religiosas entre las que
se cuenta la Compañía de Jesús promovieron dentro del contexto colonial hispanoamericano
la creación de establecimientos coloniales en territorios aislados a fin de lograr
la captación de comunidades indígenas mediante la actividad evangelizadora. El
estado español se mostró interesado en la cesión de territorios fronterizos para
el desarrollo de la labor misional a fin de proteger inmensas regiones amenazadas
por la presencia hostil de comunidades indígenas no integradas al sistema colonial
español, o bien de otros rivales coloniales europeos. En
América del Sur las misiones jesuíticas se ubicaron en áreas limítrofes con el
Brasil portugués, desde Ecuador hasta el Río de la Plata. Por
lo general se localizaron en zonas de asentamiento protegidas por la geografía,
como las regiones selváticas o los bosques subtropicales. En América del Norte
las misiones jesuíticas se instalaron en la región occidental y septentrional
de México, incluyendo la península de California a fin de consolidar el dominio
español en el área. La experiencia misionera tenía como
fin lograr el cambio cultural de las sociedades aborígenes hacia las formas de
vida europea basándose en las formas indígenas preexistentes. Se suprimió 1a exigencia
del servicio personal obligatorio y del pago del tributo. La
intensificación de las actividades agrícolas corno parte del programa misionero
obtuvo éxitos espectaculares en aquellas comunidades que ya anteriormente practicaban
la agricultura. Esta actividad agrícola y la introducción de la cría de ganado
contribuyeron a un ascenso notable del nivel de vida de los aborígenes, que se
manifestó en altos índices de vitalidad demográfica. El
carácter cosmopolita de la Orden Jesuítica le dio gran impulso a la actividad
artesanal. Se importaron técnicas avanzadas europeas en 1a producción artesanal
de las Misiones y con mano de obra indígena se obtuvieron productos de alta calidad
tanto técnica como artística. Todas las misiones tenían
un mismo patrón de asentamiento. Cada misión constaba de un pueblo con una definida
planificación integrada por calles, plaza, sectores artesanales y de viviendas,
una extensión de tierras dedicada a la agricultura y tierras de pastoreo (estancias)
. Las grandes extensiones dedicadas a la cría de ganado producían un importante
excedente de cueros que se comercializaba fuera del ámbito misional. Asimismo
en las zonas climáticas apropiadas la yerba mate constituía otro de los recursos
económicos importantes para las misiones. Las misiones jesuíticas,
en especial las del Paraguay, habían adquirido una organización militar como consecuencia
de la constante amenaza portuguesa encarnada por grupos armados provenientes de
la región paulista (bandeirantes) que buscaban capturar esclavos indígenas. En
1767 el estado borbón español expulsó a los jesuitas de América entre otros motivos
por temor a que aumentara la tendencia a la autonomía en lo político y en lo económico
y de este modo la Orden Jesuita se convirtiera en un factor competitivo de poder. BRASIL El
litoral atlántico del Brasil fue explorado por expediciones de origen español
y portugués, desde los últimos años del siglo XV. A principios del siglo XVI Portugal
dio carácter oficial al descubrimiento del Brasil a fin de legalizar la posesión
de territorios ubicados al este de la demarcación de Tordesillas. La
carencia de metales preciosos desalentó la colonización portuguesa postergándola
por más de tres décadas. Durante ese período la extracción del palo brasil fue
el único aliciente para que se instalaran pequeñas factorías en las costas atlánticas
a cargo de empresarios europeos. Fracasado el sistema de
colonización a través de las concesiones hereditarias (capitanías) la corona portuguesa
emprendió la colonización efectiva del Brasil a mediados del siglo XVI, e1 poder
político y administrativo quedó centralizado en la ciudad de Bahía y desde esta
ciudad y la de San Vicente se impulsó la difusión del cultivo de 1a caña de azúcar
que se había iniciado anteriormente con éxito en 1a región de Pernambuco. Dos
áreas bien definidas constituyeron los núcleos de la producción azucarera durante
un siglo y medio: el nordeste (Pernambuco, Bahía) y el sur (San Vicente, Río de
Janeiro) . El desarrollo del cultivo de la caña de azúcar
en Brasil condujo a la creación de una economía agrícola de exportación basada
en el sistema de plantaciones. Las plantaciones azucareras demandaban importantes
inversiones de capital para la instalación de ingenios, grandes extensiones de
tierra y una mano de obra dócil que trabajara en las mismas. La población aborigen
de la región atlántica que practicaba una economía de recolectores resultaba poco
apta para el trabajo organizado de las plantaciones. En consecuencia se incorporó
una numerosa mano de obra esclava africana. La explotación azucarera quedo limitada
en manos de una "aristocracia del azúcar" capaz de afrontar los elevados costos
de producción que exigía el cultivo del azúcar, Brasil mantuvo el monopolio mundial
de la producción de azúcar hasta mediados del siglo XVII cuando los holandeses
y franceses iniciaron la competencia en las Antillas. Los holandeses habían intentado
previamente la colonización del área de Pernambuco en donde por treinta años se
dedicaron a la producción de azúcar hasta que fueron expulsados del Brasil por
los mismos portugueses. Una franja fronteriza en constante
expansión hacia el interior fue sumando recursos ganaderos a las plantaciones
e ingenios que presentaban tan pocos vínculos de intercambio entre sí. Mientras
tanto la escasa población del interior del Brasil se expandía en búsqueda de indígenas
para esclavizar y de metales preciosos. La acción de esta población, conocida
como bandeirantes, apoyó las pretensiones de Portugal por superar hacia el oeste
la línea de Tordesillas. E1 centro de estas expediciones de caza de esclavos fue
la antigua misión de San Pablo que comienza a desarrollar una actividad azucarera
desde mediados del siglo XVII y consecuentemente necesitaba mano de obra abundante.
San Pablo cumplió también un papel trascendente como base para la expansión de
Portugal hacia el Río de la Plata. En ese sentido la fundación de la ciudad de
Colonia del Sacramento en la margen izquierda del Río de la Plata constituye uno
de los intentos de Portugal por alcanzar el acceso directo al Río de la Plata. En
los últimos años del siglo XVII se produjo el hallazgo de yacimientos auríferos
y de piedras preciosas en la actual región de Minas Geraes. Durante el siglo XVIII
un gran movimiento migratorio proveniente de las áreas costeras condujo a la fundación
de nuevas ciudades y a la vinculación de las distintas regiones económicas del
Brasil que hasta entonces se habían mantenido como unidades productivas independientes. El
interior selvático de Brasil por sus condiciones de difícil acceso se mantuvo
por dos siglos como región poco poblada y aún inexplorada en gran parte. ESTADOS
UNIDOS En la costa atlántica de América del Norte la
colonización anglosajona se concentró en dos regiones: Virginia en el centro y
Massachusetts al norte. Esta ocupación colonial se caracteriza por la continuidad
de poblamiento a lo largo del litoral atlántico que perdure hasta las guerras
de independencia. La colonia de Virginia creada por una
compañía por acciones pudo sobrevivir a las dificultades que presentaban los primeros
momentos de la colonización gracias a la introducción del cultivo del tabaco.
En pocos años el tabaco convirtió a Virginia en una colonia de monocultivo protegida
por Inglaterra que monopolizó la comercialización de dicho producto. En Virginia
la distribución de tierras la realizó la compañía en forma directa a los colonos.
En el siglo XVII las parcelas repartidas a los colonos fueron reuniéndose en pocas
manos y de esa forma un siglo más tarde se consolidó el latifundio de plantaciones
de tabaco al que se agregó posteriormente el cultivo de algodón. Estas grandes
unidades de producción promovieron la distribución de la población en áreas rurales
y consecuentemente no se dieron las condiciones para que aparecieran las grandes
concentraciones urbanas. De este modo surgió una clase dirigente de propietario
de plantificiones que adoptó actitudes aristocratizante y señoriales intentando
reproducir el estilo de vida de 1a metrópolis. Esta elite colonial de Virginia
practicaba el anglicanismo (religión oficial de la monarquía inglesa) y participaba
activamente de la administración de la iglesia anglicana y de los asuntos públicos.
La gran demanda inglesa y mundial de los productos coloniales fundaron las bases
de una economía floreciente que alcanzará su apogeo en el siglo XVIII. Estas
circunstancias explican el desinterés de estas colonias en la participación del
proceso de emancipación colonial y la tendencia al aislamiento de las colonias
de plantaciones con respecto a los intereses políticos de los restantes estados
americano que surgieron como consecuencia de las guerras de independencia. Al
norte la región de Massachusetts se convirtió en el segundo centro de colonización
anglosajona. Los grupos colonizadores que fundaron la colonia de Massachusetts
que fue el núcleo originario de la región conocida como Nueva Inglaterra eran
en su mayoría disidentes religiosos pertenecientes a diversas sectas del puritanismo.
El puritanismo de Nueva Inglaterra afectó profundamente la vida económica, política
y social de la colonia. La injerencia en la administración colonial por parte
de los colonos fue dominante al punto que quedaba en manos de los colonos la elección
del gobernador de la legislatura y la distribución de las tierras. Generalmente
obtuvieron tierras las congregaciones de la iglesia puritana. Sólo los propietarios
de tierras tenían derecho a intervenir en el gobierno colonial constituyendo de
este modo una pequeña oligarquía puritana de gobernantes que pretendieron mantener
una comunidad socio-religiosa unitaria. La pretensión de
mantener esa unidad política-religiosa fue un factor de importancia en la colonización
de Nueva Inglaterra, porque muchos colonos que se opusieron a la política o a
la religión de la oligarquía de Massachusetts fueron expulsados y se vieron obligado
a fundar nuevas colonias ( Connecticut, New Haven , Rhode Island)., La
especialización en la producción agrícola dio prosperidad económica a la región.
Desde 1660 el comercio cobró una importancia cada vez mayor. Los recursos económicos
de Nueva Inglaterra (pesquería, pieles, maderas, cereales) abrieron el intercambio
con la metrópolis y con las colonias inglesas de las Antillas. El puerto de Boston
se convirtió en el centro de intercambio colonial del norte. Los comerciantes
fueron afirmándose económica y políticamente. A fines del siglo XVII reemplazaron
a los magistrados puritanos en el orden político y económico. Esta nueva clase
social va a ser la promotora del movimiento de anticipación basados en los principios
del liberalismo político y económico. La prosperidad económica de la región favoreció
el crecimiento de su población, aumentada considerablemente por el aporte inmigratorio
anglosajón. La organización del espacio colonial del sur
y norte de la costa atlántica se tradujo en lo económico en una clara diferenciación
productiva entre ambas. En las primeras (Virginia, Maryland, las dos Carolinas,
Georgia) se desarrolló una economía sustentado en la exportación del tabaco y
del algodón cuya clase social y económica fue la plantación esclavista. La esclavitud
negra prosperó debido a dos factores: la expansión territorial del sistema de
plantaciones y la dismunición de la mano de obra aportada por la servidumbre por
contrato de origen blanco quienes terminadas sus obligaciones contractuales emigraban
al norte y centro. De este modo la institución de la esclavitud quedó vinculada
a las colonias del sur hasta la guerra de Secesión. En las colonias del norte
prevaleció el minifundio, la vida urbana y el comercio diversificado de exportación.
La mano de obra se componía en su mayor parte del trabajo familiar no remunerado
y del contrato temporario de una mano de obra especializada muy cotizada. Las
colonias centrales de la costa atlántica (Pennsylvania, New York, New Jersey y
Delawere) se caracterizaban por un predominio de la agricultura de cereales. Tan
importante era esta producción que se consideraba a estas colonias centrales como
el "cesto de pan" de las restantes colonias atlánticas. New York y Philadelphia
evolucionaron rápidamente hasta convertirse en puertos cerealeros de primera importancia
en el siglo XVIII. Ambas ciudades dieron origen a una clase comercial pujante
que fijaba la cotización de los productos agrícolas dentro de incipiente sistema
bursátil. Esta clase comercial dirigente se asoció en el siglo XVIII a los intereses
emancipadores de las colonias del norte, ya que una política de librecambio les
ofrecía la oportunidad de gravitar en el mercado mundial de productos agrícolas
el que podían abastecer con un gran volumen de la producción agrícola. Otras
dos naciones europeas participaron en el siglo XVII de la colonización América
del Norte : Holanda y Suecia. Los holandeses se encontraban
en la vanguardia del capitalismo comercial del siglo XVII. Sus métodos financieros
se contaban entre los más desarrollados dentro del contexto europeo (sistemas
de crédito, costos de flete, concentración y fluidez de capitales) y esta superioridad
los había convertido en los dueños del comercio marítimo mundial. Las compañía
por acciones de las Indias Occidentales y Orientales apoyadas por el Estado holandés,s
impulsaron la expansión colonial tanto en Oriente como en América. Dentro de este
proceso encontramos la ocupación holandesa en Brasil, en el Caribe y también en
la costa atlántica de América del Norte. La ocupación holandesa en América del
Norte fue breve. Y el núcleo más importante de esa colonización fue el puerto
de Nueva Amsterdam (actual Nueva York) verdadero centro cosmopolita de intercambio
comercial. La colonia de Nueva Holanda, como se denominó a los territorios holandeses
en América del Norte, no significó un atractivo para el traslado de grandes contingentes
migratorios de origen holandés, pero en pocos años los colonos de Nueva Amsterdam
se adueñaron del tráfico ilegal de las colonias inglesas. Por
esta razón se entabla una guerra económica entre Inglaterra y Holanda que finalizará
con la destrucción del poder holandés en América del Norte. Más
breve que la holandesa y sin dejar consecuencias económicas importantes la colonización
sueca se centralizó en la región del río Delawere. Desde el punta de vista económico
el rubro más importante fue el tráfico de pieles pero en pocos años los suecos
fueron desplazados por el empuje holandés antes que éstos a su vez fueran desalojados
por Inglaterra. CANADÁ Los
objetivos de la expansión atlántica francesa coinciden con los que perseguían
sus rivales europeas del siglo XVI: acceso directo al comercio de las especies,
adquisición de metales preciosos. La ocupación del Canadá
se realizó a través de un poblamiento numéricamente reducido que, sin embargo,
mantuvo una continuidad en la ocupación territorial. E1 extenso territorio oriental
del Canadá estaba ocupado por diferentes grupos aborígenes, con distinto grado
de desarrollo cultural. Dentro de estos grupos, los aborígenes que practicaban
una economía de cazadores caracterizada por una gran movilidad, no pudieron ser
incorporados a un régimen de trabajo similar al que los españoles pudieron implantar
en Mesoamérica y en el Perú. En consecuencia, condicionada
por la carencia de metales preciosos y de mano de obra indígena que pudiera ser
empleada en actividades agropecuarias, la colonización francesa se volcó hacia
la exportación de materias primas muy valorizadas en Europa desde mediados del
siglo XVI. La formación de compañías dedicadas al comercio de pieles, maderas
y pesquerías, estuvo en manos de la iniciativa privada y su organización resultó
similar a la de aquellas compañías que formaron holandeses e ingleses. Cuando
el estado borbónico profundizó su interés por la colonización del Canadá , introdujo
formas semifeudales de acceso a la propiedad de la tierra, desalentando la inmigración
de vastos sectores de escasos recursos, hecho que constituyó el factor decisivo
para el mantenimiento permanente de la colonización del Canadá. A
fines del siglo XVIII, el impulso explorador de misioneros jesuitas y de comerciantes
de pieles, permitió la incorporación de la Louisiana, conectando el Golfo de México
con el Canadá.
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